𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇

•29•

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Robby no me cogía el teléfono, se suponía que ya estaba fuera del reformatorio.

—Hey, Robby—comencé el mensaje de voz—. Te he llamado unas cuantas veces, imagino que estarás ocupado con trámites y eso. No he podido ir a recogerte pues estoy en el insti, pero dime si luego quieres que quedemos.

》Recuerda que puedes venir a casa de papá si lo necesitas. Te quiero.

Le di a enviar a la vez que chocaba con alguien.

—Hola—me dijo Miguel.

—Hey.

—¿Todo bien?—cuestionó.

Asentí mientras guardaba el móvil.

—¿Hacia dónde vas ahora?—le pregunté.

—A la sala de estudio—respondió.

—¡Ah! Yo también—mencioné con una sonrisa.

—Bien, pues vamos—dijo él con una sonrisa.

Comenzamos a caminar.

—Oye, ¿te parece bien si algún día volvemos al Golf N' Stuff?—cuestionó.

—¡Claro! Será divertido verte perder de nuevo—me burlé.

—¡Oye!—se quejó sonriendo—. Seguro que esta vez te gano.

—Ya, claro—dije soltando una pequeña risa.

Entonces pude ver a Yasmine y a Demetri besándose.

—¿Yasmine?—cuestioné, sorprendida, haciendo que se separasen.

—Estábamos...—empezó Demetri.

—Estudiando juntos—continuó la rubia.

—Sí—asintió el pelinegro.

—Entonces, ¿estáis...?—cuestioné.

—¿Qué?—Yasmine rió, nerviosa—. ¡Puaj! No. Yo no saldría con este friki.

La rubia comenzó a irse.

—¡Pues vale, Cruella!—habló Demetri hacia la rubia—. ¿Te vas a matar a unos cuantos dálmatas?

Se giró hacia nosotros, suspirando.

》Estoy absolutamente enamorado.

Palmeó la espalda de Miguel antes de irse.

—Alucino con lo que acabamos de ver—mencioné con una sonrisa.

—Ya, será que—me miró—... el amor lo puede todo.

Me sonrió y yo le devolví el gesto.

—Será eso—concordé aún sonriendo.

[...]

—Muy bien, Bert—felicitó mi padre—. No te tocaré las narices.

》¡Caraculo, te toca!

—¿Tengo que tener el mismo apodo que en el otro dojo?—cuestionó Mitch.

—¿Prefieres, Alientopolla?—cuestionó papá.

—Caraculo, me sirve—respondió para luego preparse y patear el frisbee.

—¡Bien, Alientopolla!—felicitó papá—. Venga, Díaz. Te toca. Imagínate que es el tío al que le he robado el frisbee con sus rastas de blanquito.