𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇

•50•

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

La alta música de la fiesta se podía escuchar desde mi habitación.
Había estado descansando un poco antes de nada ya que apenas lo había hecho la noche anterior.

Salí de la habitación dándome cuenta de la cantidad de gente que había entre las dos casas.

Caminé hacia la casa de Miguel pues supuse que estaría ahí al no verlo en otro lugar. Pero antes de entrar, al lado de una de las plantas que había de decoración al lado de su casa, vi algo que brillaba.

Lo tomé pudiendo ver así un collar con un pingüino en él.

Entonces me acordé del día en el que Miguel me quería dar algo pero lo había perdido.

La verdad es que era precioso.

Lo guardé en mi bolsillo para continuar buscándolo.

Entré a la casa del moreno abriéndome paso entre toda la gente intentado dar con él.

Entonces lo pude ver en uno de los sofás con una chica, besándose.

Noté como mi respiración se cortaba por unos segundos. Era lo que menos esperaba ver en ese momento por lo que fue demasiado chocante.

Di unos pasos hacia atrás haciendo que chocase con Chris.

—Joder. ¡Ya te vale, Olivia!—me dijo al ver que había tirado el contenido de su vaso.

Me giré de nuevo hacia Miguel cruzando miradas con él. Lo miré antes de irme de allí hacia mi casa de nuevo, ignorando su voz que me llamaba.

𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇

Recogí algunos vasos y latas que la gente había dejado por ahí para tirarlos a la basura.

-¡Qué fuerte! ¿Cómo se han enterado de la fiesta?-cuestioné hacia Robby y Halcón quienes hablaban.

-Moon ha invitado a mucha gente del East Valley, se habrá corrido la voz-respondió Halcón.

-Hola. ¿Venís a la fiesta porque estamos en el Sekai Taikai?-les preguntó Mitch a unas chicas.

-No, venimos a beber-respondió una de las chicas la cual noté que me miraba de arriba abajo. No le tomé importancia.

-Bueno, el Sekai Taikai...-empezó a decir Mitch, pero fue interrumpido por Halcón.

-Alientopolla, tráeles un vaso-ordenó Halcón.

Mitch bufó antes de irse.

-En fin, os voy a presentar a mi amigo-dijo Halcón pasando su hombro por mi brazo. Lo miré frunciendo el ceño-, es el más rudo de la fiesta os lo aseguro.

Puse una disimulada mueca al ver como la chica me miraba.

[...]

Finalmente, me quedé yo solo con aquella chica pero, lo cierto, es que yo tan solo quería salir de ahí e ir a buscar a Olivia.

—¿Entonces haces kárate?—me preguntó.

—Sí—respondí sin mucho interés mirando la puerta esperando a que Olivia apareciese y pudiese irme.

—Qué bien—dijo ella—... ¿Sabes qué?

La miré.

—¿Qué?—cuestioné.

De un momento a otro sus labios se estaban moviendo sobre los míos haciendo que me quedase paralizado por unos segundos antes de apartarme.

—Pero, ¿qué haces?—le pregunté a la chica. Ni siquiera sabía su nombre.

—Joder. ¡Ya te vale, Olivia!—escuché la voz de Chris haciendo que me girase.

Pude ver cómo Olivia me miraba con una mueca triste. Comenzó a caminar rápidamente hacia la salida.

—¡No! ¡Espera, Olivia!—la llamé mientras me levantaba—. ¡Olivia! ¡Oye, espera!

[...]

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Cerré de un portazo la puerta de mi habitación y me tiré sobre la cama mientras algunas lágrimas bajaban por mis mejillas.

No entendía nada. Literalmente hacía un par de horas estábamos perfectamente y luego iba y hacía eso.

—Olivia—dijo Miguel a la vez que abría la puerta.

—Déjame—respondí.

Él entró cerrando la puerta tras él y se acercó.

—Por favor—pidió.

—No—me incorporé quedando sentada—. No lo entiendo, de verdad. ¿Estábamos genial y de repente me encuentro con eso? Qué asco.

—Déjame que te explique—dijo.

—¿Qué quieres explicarme?—cuestioné—. ¡Sé lo que vi!

—Ella me besó—dijo.

—Ya—respondí yo—. La típica excusa.

—¡Es verdad!—dijo—. Te lo juro, me separé.

Rodé los ojos.

Se escucharon unos golpecitos en la puerta.

—Oli—escuché la voz de Robby—. ¿Puedo entrar?

—Sí—respondí—. Miguel, vete.

Robby entró a la habitación.

—Pero...—trató de decir el moreno.

—Que te vayas—repetí.

Finalmente acabó accediendo y saliendo de la habitación.

Robby se sentó a mi lado y yo lo abracé mientras soltaba algunas lágrimas.

—No entiendo nada, Robby—dije.

—Escúchame, yo estaba ahí—mencionó—. Todo fue cosa de Halcón. No sé con qué intenciones presentó esa chica a Miguel, pero lo que sí sé es que Miguel estaba desesperado por que llegaras. Él apenas le hacía caso, hasta parecía que la chica hablaba con la pared.

》Es cierto que pudo haberse largado antes. Pero ella lo besó y él se apartó enseguida. No le siguió el beso.

》Entiendo que te duela, pero creo que todo ha sido un malentendido.

— Estoy empezando a odiar las fiestas porque siempre me pasa algo con Miguel—mencioné—. Ya no quiero salir ahí más.

—Puedes dormir, si quieres—me ofreció—. Yo vigilo que no entre nadie.

—Gracias—le dije a mi hermano mientras me tumbaba en la cama. Ni siquiera me molesté en cambiarme.

17•04•2024

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