•30•

241 34 1
                                    

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Me puse una camiseta cualquiera que encontré en la habitación, supuse que sería de Miguel pues me estaba algo grande, y salí de ahí.

Al parecer nos quedamos dormidos aunque tampoco tuve que pensar qué decirle a mi padre pues no estaba.

Fruncí el ceño a la vez que entraba por la puerta.

Me apoyé en la pared del pasillo con los brazos cruzados.

-¿Dónde has dormido?-le pregunté.

-¿De quién es esa camiseta?-cuestionó él.

-No. No me cambies de tema-negué con la cabeza-. ¿Dónde has estado?

-Tan solo quedé con alguien-habló.

-Ah, ¿sí?-cuestioné mirándole, divertida-. ¿Cón quién?

-No es de tu incumbencia, enana-respondió.

-Oh, claro que lo es. Tendré que saber quién es mi madrastra-comenté.

-No vayas tan rápido-pidió-. Hemos quedado una noche y ya. Relájate.

Mi padre se preparó leche con cereales para luego ir a la mesa al escuchar una notificación en el ordenador.

Me senté a su lado.

-No pienso parar hasta que me digas quién es-comenté-. ¿La conozco? ¿Es Carmen?

-¿Por qué sería ella?-cuestionó él.

-Sospecho que te gusta, desde hace tiempo-confesé.

Mi padre se atragantó con su desayuno mientras miraba la pantalla del portátil.

-¿Qué pasa?-cuestioné asomando mi cabeza para ver.

Era un mensaje de Ali:

"Hola, Johnny. Perdona por no contestarte he estado muy liada. Me encantan las fotos nuevas. Voy a estar en la ciudad en vacaciones. ¿Quedamos para comer?"

Abrí mi boca sorprendida.

-Buenos días-habló Miguel medio dormido.

-Migue, ¡Ali está en el Valle!-hablé acercándome a él para tomar su mano y llevarlo hacia el portátil-. ¡Y quiere quedar con papá!

Mi padre nos miró con una ceja alzada.

-¿Qué haces tú aquí? ¿Y así?-cuestionó al ver que no llevaba camiseta, pues se la había robado yo.

Lo miré con una sonrisa angelical.

[...]

Me había enterado de que Robby estaba en Cobra Kai durmiendo, así que decidí correr el riesgo de acercarme para intentar hablar con él.

Lo vi salir del dojo así que me acerqué.

—Robby—hablé.

Él se giró y me miró. Estaba serio.

—¿Qué quieres?—cuestionó.

Fruncí el tono ante su tono.

—¿Qué pasa?—le pregunté.

—No sé, quizá me pasa que mi hermana ha venido a verme días después de que saliese del reformatorio—respondió.

—No sabía dónde estabas—mencioné.

—Lo sabrías y me hubieses ido a ver más veces—comentó—. Solo fuiste una vez.

—Lo siento, no tuve tiempo—me disculpé.

—Oh, claro, para mí no tienes tiempo, ¿no?—cuestioné—. Para Miguel seguro que sí.

Fruncí el ceño ante ese repentino enfado.

》Tuviste tiempo para hacer un lavado de coches, pero no para ir a ver a tu hermano, aunque fuesen cinco minutos. No te pido más.

》Veo algo injusto que siempre tenga que estar para ti cuando lo necesites pero que yo no reciba lo mismo por tu parte.

》Debí imaginarme que lo preferirías a él. Como todo el mundo.

Se giró y se fue de allí sin ni siquiera darme tiempo para asimilar lo que me había dicho.

09•04•2024

No olvidéis votar y comentar♡.

𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora