𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇

•10•

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

—Deja de copiarte—le dije a Halcón que estaba mi lado—. Tan solo es un examen de prueba.

—¿Y qué?—cuestioné—. Quiero hacerlo bien.

—Ni siquiera sabes si mis respuestas estarán bien—dije—. Se supone que el inteligente aquí eres tú.

Él rodó los ojos.

—Calla, Keene—me dijo—. O nos pillarán.

—Te pillaran a ti que eres el que se está copiando—hablé.

El timbre sonó haciendo que el profesor recogiera los exámenes.

Salí al pasillo acompañada de Halcón.

—No me ha dado tiempo a terminar—dijo.

—Si tan solo lo hubieras hecho sin copiarte—mencioné.

—Pareces mi madre riñiéndome todo el rato.

Rodé los ojos.

—Voy a la clase de Miguel, ¿vienes?—le pregunté.

—¿Para estar de sujetavelas? Paso—respondió—. Te veré más tarde.

Asentí.

—Adiós.

Caminé hasta encontrar el aula donde hacían el examen los que tenían apellidos entre la A y la G.

Esperé en la puerta hasta ver a Miguel salir.

—Hola—lo saludé con una sonrisa mientras tomaba su brazo.

—Hola—me saludó.

Dejé un pequeño beso en sus labios.

—Am... nos vemos luego—habló Demetri tras Miguel.

—Vale—respondió el moreno.

—Estás muy serio—le dije cuando se giró de nuevo hacia mí—. Seguro que te ha salido bien.

—Ya, es que estaba un poco... desconcentrado—comentó.

—¿Por qué?—le pregunté.

—El torneo—contestó—. No tengo mucho tiempo para prepararme.

—Seguro que te ha salido mejor que a mí—mencioné—. Halcón no paraba de copiarse.

Miguel asintió y luego bajó la mirada.

Me preocupó un poco.

—¿Quieres que vayamos a mi casa?—cuestioné—. No tienes buena cara y allí no hay nadie. Estaremos tranquilos.

—Vale—respondió.

—Pues vamos—dije tomando su mano.

[...]

—¿Quieres beber algo?—le pregunté a Miguel quien estaba sentado en el sofá de mi casa.

Él negó con la cabeza.

Aún seguía algo raro.

Me senté junto a él.

—¿Seguro que estás así por el torneo?—cuestioné.

—Sí, ya se me pasará—respondió con una sonrisa forzada.

—Me preocupas—dije.

—No es nada—insistió—. Créeme.

Yo asentí.

》Quiero besarte.

—Pues hazlo—respondí con una sonrisa.

Él se acercó hasta juntar nuestros labios en un tierno beso.

Nos separamos y lo miré en silencio. Estaba guapísimo.

Volví a besarlo de una manera un poco más rápida.
Mi camiseta se levantó un poco causando que su mano en mi cintura hiciese contacto con mi piel. Mis pulsaciones se dispararon tras eso.

Me moví para sentarme en su regazo y besarle más cómodamente, aproveché para moverme un poco.

—Migue, ¿quieres hacerlo?—le pregunté separándome un poco—. Te ayudará a mejorar tu ánimo.

—Es que... no lo he hecho nunca—confesó.

—Oh, no pasa nada—respondí—. Si no quieres hacerlo ahora está bien, lo entiendo.

—Sí que quiero—dijo.

—¿Seguro?—cuestioné para asegurarme.

—Sí.

Lo miré con una sonrisa antes de besarle tiernamente durante unos segundos para después volver a besarle como antes tirando de su camiseta hacia arriba.

[...]

Miré a Miguel que estaba a mi lado.

—¿Qué tal?—le pregunté.

—Bien—respondió—. Muy bien.

Sonreí.

—¿Mejor que antes?

Él asintió.

Apoyé mi cabeza en su pecho.

—Oye, mañana los Cobras han dicho de quedar—mencionó—. ¿Vendrás?

—He quedado con Sam—respondí—. Pero si hacéis algo más tarde avísame e iré.

Asintió y yo cerré mis ojos sobre su pecho.

23•03•2024

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