𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇

•26•

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Miguel había salido del hospital, lo cual, era bastante bueno. Al menos las cosas empezaban a mejorar, aunque solo fuese un poco.

Salí de mi habitación para así ver como mi padre apuntaba cosas en una libreta.

—Hola, papá—saludé haciendo que notara mi presencia.

—Hola.

—¿Qué haces?—cuestioné mientras me acercaba un poco más poniéndome a su lado.

—Una lista para ver qué puede ayudar a Miguel—respondió para luego arrancar la hoja y arrugarla—. Pero todo esto es una mierda.

—¿Has probado a buscar en Internet?—le pregunté.

Él miró el ordenador, el cual se encontraba en una caja para así cogerlo.

Comenzó a buscar pero unos sollozos provinientes de fuera lo detuvieron.

Lo miré con el ceño fruncido antes de ir hacia la ventana para mirar que era.

—Es Carmen—informé.

Él frunció el ceño antes de salir.

Estaba segura de que le gustaba. Debía preguntarle.

No pude evitar poner la oreja, quería enterarme de qué pasaba.

Logré descubrir que lloraba por Miguel.

—Se recuperará—trató de animar mi padre—. Volverá a andar.

—Eso esperó—habló Carmen—. Por el momento me conformo con que vuelva a sonreír.

Me sentí bastante mal al oír eso. Carmen también estaba sufriendo mucho.

》Tiene 17 años. Debería estar por ahí, divirtiéndose, tranquilo. Y no...

Se escuchó un sollozo un poco más fuerte de su parte.

—Todo saldrá bien—dijo papá.

Tragué saliva. Me sentía bastante culpable por el sufrimiento de todos. Sobre todo por el de esa familia.

[...]

Llamé al timbre del apartamento el cual fue abierto por Carmen.

—Hola—le sonreí.

—Hola, cariño—me saludó ella.

—¿Sabes si Miguel quiere salir un rato?—le pregunté.

—Seguro que sí—aseguró con una sonrisa—. Ve a preguntarle, está en su habitación.

—Gracias.

Fui hacia donde Carmen me había indicado para tocar a la puerta.

—¿Puedo pasar?—cuestioné.

Abrí la puerta al escuchar una afirmación en el interior de la habitación.

—Hola—me saludó.

—Hola—dije yo—. ¿Quieres salir un rato? Podemos ir al cine o no sé... pero debes salir un rato.

—Am...

—Antes de que digas algo, no aceptaré un "no" por respuesta.—advertí.

Me miró divertido.

—No tengo opción, ¿verdad?—cuestionó.