•31•

265 30 4
                                    

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Habíamos llevado a los del dojo a casa de Sam a escondidas.

Llamé al timbre y la puerta fue abierta por Sam.

—Ni de coña. Tiene que ser una broma—dijo Chris mientras que los Miyagi se levantaban.

—¿Qué haces tú aquí? ¿Dónde está la cerveza?—cuestionó Mitch—. ¿Me he comprado el gorro para nada?

—¿Una encerrona para juntarnos? ¿Por qué?—cuestionó Demetri.

—Sé que no nos llevamos demasiado bien—habló Sam—, pero ahora Cobra Kai es la amenaza. Para todos nosotros.

—Creemos que hay más opciones si unimos fuerzas—expliqué—. Dos dojos son más fuertes que uno.

—Esto es de coña—murmuró Demetri.

—Todos hemos hecho cosas malas—habló Miguel.

—Sí, rompiendo brazos—atacó Chris.

—Empezaisteis vosotros—respondió Chris.

—Casi me echan—continuó Chris.

—Cómo odio esa cara de idiota que tienes—le dijo Bert a Nate.

—Si te murieras ni iría a tu entierro—contestó Nate.

—Esto no va a funcionar—dije.

—Tiene que hacerlo—respondió Sam—. Tenemos una oportunidad de arreglar las cosas. Solos no somos nada. Pero si colaboramos tenemos una posibilidad.

》Si no superamos el pasado, las peleas no acabarán nunca. Debemos enfrentarnos a nuestros enemigos. Esta rivalidad debe acabar. De un modo u otro.

[...]

—Vale, está claro que tendremos que entrenar en Miyagi-Do—dijo Demetri.

—El problema no es ese—hablé yo—, el problema va a ser convencer a los senseis.

Miguel asintió dándome la razón.

En eso, se escucho el maullido de un gato.

—Oh, el gatito quiere entrar—dijo Bert levantándose para salir fuera.

—¿Tenéis un gato?—le pregunté a Sam.

—No—respondió ella.

De repente, se escuchó como la ventana se rompía dejando ver a Bert quién había sido lanzado por ella.

Miguel y Nate se acercaron a ayudar a Bert, pero alguien interrumpió.

—Hora de la revancha, Rhea—dijo Kyler quien estaba detrás de Halcón.

Esos idiotas.

Se escuchó un golpe en la otra puerta dejando ver a Tory junto a otros dos.

—Escuchamos que dábais una fiesta—dijo Tory—, pues venimos a arrasar—hizo una pequeña pausa—. ¡Sin piedad!—exclamó haciendo que todos se pongan en posición de pelea incluida yo, claro.

La pelea comenzó y se desató mucho más rápido que en el instituto. Todos peleábamos.

Golpeé a los que venían a por mí los cuales no eran pocos.

Continué así por un rato hasta que vi a Sam huyendo de Tory.
Decidí seguirlas hasta el dojo que había al lado de la casa.

Vi como la rubia estaba de pie con unos nunchakus mientras que Sam estaba en el suelo.

𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora