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𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Mi padre nos había citado a todos en un desguace. Este estaba subido de pie en una camioneta abandonada.

—Habéis entrenado duro—comenzó—. Sois más fuertes, más rápidos. Os esforzáis. ¿Estáis listos para el torneo?

—¡Sí, sensei!—exclamamos todos.

—¡No!—contestó tirándonos su lata de cerveza—. ¡No valéis una mierda! Para ganar el torneo All Valley, hay que darlo todo y más.

》A partir de ahora, seré más duro. ¿Entendido?

—¡Sí, sensei!

—¿Sois unos pringados?

—¡No, sensei!

—¿Sois unos nerds?

—¡No, sensei!

—¿Estáis seguros?

—¡No, sensei!

Espera, ¿qué?

[...]

—Los enemigos os rodean—habló mi padre—. Acabad con ellos.

Comenzamos a romper los cristales de los coches y otras piezas de estos.
La verdad era que eso me estaba gustando.

También pasamos por una tabla en la que no podíamos caer si no queríamos caer a un montón de cristales rotos y piezas oxidadas.

Era mi turno.

Caminé por la tabla a un ritmo moderado hasta llegar al final.

—No temáis a nada salvo al propio miedo—habló el sensei mientras Halcón pasaba.

Este se resbaló un poco pero consiguió pasar.

—Si queréis ganar. Debéis tener hambre—habló el sensei mientras nos daba trozos de carne seca—. ¿Tenéis hambre?

—Sí, sensei.

—Bien, ellos también—hizo sonar un silbato haciendo que unos perros aparecieran.

—¡Mierda!—exclamó Aisha.

Todos salimos corriendo en dirección a los coches para subirnos a estos.
Subí a uno y vi como Halcón venía hacia mí perseguido por un perro.

—¡Dame la mano!—le dije intentando ayudarle

Él trató de sujetarse y subir, pero el perro llegó antes, mordiéndolo, haciendo que este soltara un grito de dolor.

Puse una mueca.

[...]

Miguel y yo estábamos frente al dojo, a petición de mi padre, esperando a que llegara.

—¿Mañana quieres quedar? Podemos ir a por un helado—propuso Miguel.

—No sé si podré—respondí—. Pero puedo avisarte si al final puedo.

Él asintió.

》Si no, invito yo cuando quedemos, te lo prometo.

—No pasa nada si no puedes, hemos estado quedando prácticamente todos los días—respondió.

Asentí para luego acercarme y besarle tiernamente.

A pesar de llevar un mes saliendo, no me acostumbraba a besarle. Seguía teniendo las mismas sensaciones que en el primer día.

𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora