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El Omega miraba con vergüenza la situación frente a el, si bien nada de lo estaba pasando era su culpa en realidad, nunca aclaró que no era la persona que ellos creían que era.

— En ese caso, señor Lee llegó tarde ¿Cree que tengo tiempo para esperar por alguien? Su puesto a sido ocupado por alguien más gracias a su descuido, espero sea más responsable para la próxima vez.

Jimin abrió sus ojos con sorpresa al escuchar la respuesta del alfa, para luego ver cómo el Omega peli negro llamado Seokjin asintió perplejo llevándose al otro Omega con el.

— Odio las mentiras ¿Sabías?- La voz del alfa lo trajo de golpe a la realidad, así que el castaño miró al hombre frente a el, el mismo que lo miraba con intensidad.

— N-nunca le mentí...

— Escuchaste cuando Jin te llamo Lee ¿Por qué no dijiste quien eras en ese momento? ¿Me viste cara de estúpido?

— ¡Por la Diosa Luna no! Nunca podría referirme a usted de esa manera, lo siento...- El Omega sintió  profundas náuseas a causa de los nervios que lo estaban arrollando en ese momento.

— ¿Quien eres?

— Y-yo... Me llamo Park Jimin señor...

— Bien Park, ¿Por qué debería dejarte trabajando para mí? Serás mi asistente y una persona en la que confiaré tanto asuntos personales como confidenciales de la compañía, me temo que por lo que acaba de pasar me hace dudar de que realmente mere...

— ¡No! Yo jamás haría algo para perjudicarlo señor se lo juro... Yo...- El Omega pensó en decirle de su embarazo pero eso podría hacerlo menos indicado para el trabajo y el realmente lo necesitaba - Necesito el empleo, quizás haya comenzado de mala manera pero prometo hacer ésto bien, daré lo mejor de mi, por favor señor...

Los grandes y brillantes ojos del Omega enviaron una corriente eléctrica por todo el cuerpo del alfa y este maldijo por las estúpidas sensaciones que el Omega frente a el le estaba causando a primera impresión

Como si jamás hubiera tenido a un Omega de frente.

— Bien, haz lo que te ordené, estaré vigilandote de todos modos.


🌒🌕🌘

El día paso bastante lento para el Omega , se había esforzado tanto en organizar y responder correos que ni siquiera era consciente de la hora o que empezaba a atardecer

Aún no tenía cosas claras,  como su horario o su sueldo, si tendría un contrato o su puesto sería temporal, estaba seguro de que en algún momento le sería notificado aquellas cosas por lo que no se preocupaba realmente.

Una bolsa de papel junto al vaso de gran tamaño que parecía ser de chocolate caliente, se poso delante de el llamando su atención.

Para su sorpresa el Alfa había puesto eso ahí para el, mientras hablaba por teléfono, haciéndole señas con su reloj, solo ahí Jimin fue capaz de mirar hacia el ventanal, el cielo naranja con destellos azules que casi no podían presenciarse ya.

El Omega trago grueso e intento disipar lo mucho que la mezcla de olores de la comida lo estaba enloqueciendo.

No quería hacer parecer que se moría de hambre aún que fuera así.

— Come. - La voz del alfa al colgar aquella llamada lo hizo estremecerse pegando un salto por la impresión

— No sé preocupe yo...

— Tu te saltaste la hora del almuerzo y ya casi es la hora de la cena,  te pido que seas responsable pero no me servirás si te debilitas o enfermas, por favor piensa en ti antes de sobre exigirte y come.

Puede que el alfa tuviera una apariencia sombría, que su físico detonará que era rudo y quizás tosco, pero había algo en sus palabras y en su forma de mirar al Omega que por algún extraño motivo lo hacía sentir cálido.

— Gracias señor...

El alfa asintió tomando asiento en el sofá se cuero que estaba a un lado de su oficina, pareciendo revisar su teléfono pero en realidad estaba viendo al Omega

Era bastante curioso

Parecía estar cansado, además de delgado, podía oler su característico olor a vainilla pero habia algo más en su olor que lo excitaba, su lobo estaba golpeteando como desquiciado en su interior y le era imposible despegar sus ojos de aquel omega misterioso.

La profunda necesidad de protegerlo como si fuera un cachorro indefenso lo tenía bastante inquieto, como si su lobo pudiera intuir cosas que el no, como si más allá que un Omega hubiera algo más profundo y delicado.

Necesitaba saber más de Park Jimin...





Cuando el cansancio fue mucho más notable en el rostro del Omega, Jungkook le pidió que se retirara, informándole que debía estar puntual a las ocho en punto de la mañana.

Además de que debía ordenar a la secretaria tener su café listo para cuando el llegara a la compañía, porque efectivamente aquel era el trabajo de Jimin

El Omega asintió dejando la tableta en el escritorio y se levantó dispuesto a irse.

— Ni siquiera me has dado tu número de teléfono, necesito estar en contacto contigo.

El Omega bajo su rostro con vergüenza, levemente sonrojado

— ¿Que sucede?

— No tengo uno...

— ¿No tienes un que? ¿Un teléfono? - Aquello hizo reír al alfa, estaban en una sociedad bastante actualizada ¿Quien no tenía un teléfono inteligente a esas alturas de la vida?

Pero al ver los ojos cristalizados del Omega y como respiro profundo, entendió que decía la verdad.

— Bien, entonces te daré uno mañana, no te preocupes - Carraspeó, disipando el ambiente tenso que se había formado, el castaño asintió y se dió la vuelta dispuesto a irse, pero Jungkook no podía simplemente dejarlo ir de esa manera, no después de haberse reído de el de manera tan descarada y cruel - ¡Espera! ¿Te irás así? Hace mucho frío ahí afuera...

Aquellos ojos claros miraron los suyos con un brillo opaco y su boca se curvo en una sonrisa latismera...

— No sé preocupe señor, caminaré a la parada de autobuses rápidamente...

¿Caminar?

Si la parada de autobuses más cercana quedaba como a cuatro calles.

— ¡Hasta mañana señor! - La voz del Omega lo hizo reaccionar y rápidamente tomó su abrigo y corrió hacia el, sorprendiendolo cuando en el pasillo lo envolvió con su largo y grueso abrigo

— Tu... Solo camina con cuidado, nos vemos mañana Park.

Solo esas palabras salieron de sus labios, para después darse vuelta e irse nuevamente a la oficina

El Omega quedó anonadado con su actitud pero dispuso a irse por lo tarde que se le hacía

Mientras el alfa estaba pegado a la puerta de cristal sintiendo su corazón latir como loco en su pecho.

Si su lobo no se calmaba pronto tendría problemas con su razonamiento humano.

Los omegas de Jeon [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora