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La brisa azotaba con fuerza los vidrios de las ventanas, sin embargo para el Omega no habia nada que pudiera interrumpir el sueño tan reparador que estaba teniendo.

Su nido estaba lo suficientemente caliente y ahora tenía el olor del alfa.

Era increíble.

Aún que el tenía responsabilidades como por ejemplo su trabajo, y fue así como la alarma de su celular empezó a sonar sacándole un fuerte gruñido.

Su cuerpo se sentía cansado y tenía demasiado sueño, además de la punzada en su espalda baja, en pocas palabras se sentía completamente embarazado.

Con la poco fuerza de voluntad estiró sus brazos para deslizar la pantalla del teléfono y así este se callará, Tomó una respiración profunda y se sentó en la cama.

Al mirar la habitación notó la gran diferencia del antes y después de la manera en como dormía,por un momento se sintió feliz, estiró sus brazos hacía arriba y luego frotó sus ojos.

Su felicidad hubiera durado más de no ser por los toques en su puerta, que al darse cuenta que estaba en el hogar del alfa empezó a sentir un poco de desespero.

Rápidamente se levantó en calcetines y camino hacia la puerta para abrirla.

Al hacerlo el fuerte olor a chocolate mentolado lo azotó y el alfa a medio vestir estaba ahí frente a el, abotonando su camisa.

— Buenos días Park, ayer me tomé el atrevimiento de revisar algunas chicas y elegí una para el trabajo, ella ya está aquí.- El Omega lo miro anonadado, recién despertaba y ya estaba llenando su cerebro de información.

Aún así dirigió su vista hacia las manos del alfa y por instinto las reemplazo con las suyas haciendo que el contrario parará su acción, con cuidado empezó a abotonar la camisa del alfa en completo silencio, como si no fuera la primera vez que lo hiciera.

— También quería hablar de un tema contigo - La voz del alfa aún que seguía siendo gruesa y varonil, ahora tenía un leve temblor en ella

— Lo escuchó.- Murmuró terminando de abotonar la camisa del alfa

— Ahora que alguien trabajara aquí, sabemos que se puede prestar para cualquier majaderia por lo que preferiría que... Empezaramos a actuar como una pareja...

El Omega paró su acción y levantó la mirada, observando las facciones del alfa, se notaba que se había levantado mucho antes, pues su rostro no estaba hinchado y sus gafas caía en la punta de su nariz, dónde casualmente había un lunar que el Omega ni siquiera había visto.

— ¿A qué se refiere exactamente con todo eso?

— A que tengo una familia un poco inquisidora, cuando revele nuestro matrimonio querrán saberlo todo y buscarán las maneras de como hacerlo, empezando por persuadir a las personas cercanas a nosotros.

— Como los empleados...- Murmuró el Omega comprendiendo la situación.

— Si, quizás empiecen en la empresa, pero nadie más que Nam y Jin son cercanos a nosotros así que no obtendrán nada, entonces cuando sepan que tenemos una empleada doméstica no dudarán en comprar información, por lo tanto y si ella decide hacerlo quiero que no tenga nada extraño o fuera de lo común que decír, obviamente la despediré si me entero que ha estado revelando información de nosotros.

— Lo entiendo...- El Omega retomó el camino de botones llegando ya a los últimos, abrochandolos - Entonces... ¿Apodos y esas cosas no?

— Si y... Dormir juntos también.

El Omega asintió con un suspiro

— Mi nido...

— Seguirá aquí, aún que ella ocupará la última habitación restante, así que no te preocupes, en mi habitación hay un gran sofá cómodo donde puedo dormir, si el problema es la cama...

Los omegas de Jeon [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora