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La Omega de ahora quince años aplicaba minuciosamente el rimel en sus largas pestañas.

Jessie era una Omega Preciosa, si bien era muy parecida a su padre alfa, era también coqueta y delicada como su padre Omega.

— Oh... ¡Vaya!.- La voz de su más grande pesadilla y la razón por la cual no traía a sus amigas a la casa, se escuchó detrás de ella. La Omega dirigió su mirada a el a través del espejo, encontrandolo cruzado de brazos en el marco de la puerta.

— Sese déjame en paz.

Sus hermanos mayores eran unos hombres de diecinueve años que para su mala suerte también eran muy atractivos, por lo tanto cada vez que sus amigas venían a visitarla tenía que escuchar sus comentarios de adolescentes enamoradas por esos dos.

— ¿Por qué te maquillas tanto? Vas a estudiar no a una pasarela.- El Omega se acercó lentamente quitándole el rimel de sus manos.

— ¡Sese! Solo es poquito...

— Nada.

La Omega bufo con frustración viendo como su hermano mayor tomaba su maquillaje y salía del baño con el en manos.

Era un sobreprotector de primera.

Aún así se había alcanzado a poner un poco de rubor en sus mejillas, así que no estaba tan pálida.

Más tarde se le ocurrirá algo para quitarle su maquillaje a Sese.

Mientras necesitaba desayunar un poco.

Así que bajo hacia el gran comedor, para encontrar a Minmin en la mesa sonriendo mientras miraba su teléfono, no era un secreto Jessie sabía que su hermano estaba enamorado de un alfa.

El problema definitivamente era su padre Alfa que se negaba a que uno de sus hijos tuviera una relación.

— Hola cariño, ¡Vaya! Que linda estás mi amor.- El Omega castaño se acercó dejando un beso en la mejilla de su hija, la misma que sonrió y se sentó en la mesa con una sonrisa

Ella tenía a los mejores padres.

Minmin bajo su teléfono cuando el olor mentolado del alfa llegó a sus fosas nasales y el alfa apareció en el campo de visión de sus hijos, tan reluciente como siempre y en sus brazos traía a la pequeña Anne de un año.

Porque si, efectivamente después de Jessie, vinieron Andrew y Anne sus únicos hermanos alfas segun los instintos de su padre.

Andrew tenía diez años, normalmente era un niño callado y muy serio pero amaba los vídeo juegos y también los mimos de su padre Omega, pero esto último nadie lo sabía.

Mientras Anne era una bebita risueña que amaba la atención de sus papás y la de sus hermanos mayores.

Minmin al ver a la pequeña Anne se levantó para tomarla en brazos y llenarla de besos en su lindo rostro, Anne era muy parecida a el, pues ellos dos eran los unicos parecidos a Jimin.

Esa mañana parecía ser una mañana normal, de no ser por lo que los gemelos mayores tendrían que decir.

Jimin apareció con su característica sonrisa y con su voz llamó a sus otros dos hijos a la mesa, así empezó a servir el desayuno mientras todos se acomodaban en su lugar.

La pequeña Anne en su silla de comer, los gemelos, Jessie y Andrew en la mesa junto al alfa y el Omega.

Eran una familia feliz y armoniosa después de todo.

Sin embargo Sese tenía algo que decir y en cierto punto lo ponía nervioso hacerlo.

Jimin miro a su hijo, pues su lazo sentía los nervios de su Omega mayor.

Los omegas de Jeon [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora