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El olor a tabaco se mezclaba con el de marihuana y los distintos olores emanados por los alfas y las omegas del lugar.

El casino era un lugar sucio de apuestas y crímenes que los alfas pertenecientes a mafias o pandillas usaban de escondite para sus más bajos negocios.

Yoongi había caído en ese bajo mundo cuando fue por primera vez con sus amigos de la universidad a dicho lugar, pues hay quienes dicen que una vez entres al negocio, la única manera de salir es muerto, no podía ser más acertada aquella teoría.

Y aún que Yoongi solo se dedicaba a las apuestas del lugar, cada vez su sed por dinero era más y más, haciendolo involucrarse en robos a los que visitaban el lugar para jugar limpiamente.

Su ambición era tanta que la deuda que tenía por las apuestas era tan grande que incluso había empeñado los deteriorados muebles de su departamento, quedando solo con su inútil cama, la cocina y el pequeño refrigerador.

— Veo que no has tomado una decisión.- El hombre mayor hablaba mientras en su pierna derecha tenía una Omega besando su cuello y en sus labios un tabaco siendo consumido lentamente.

— No es tan fácil, Jimin es mi omega.

— Entonces... ¿Debería ponerte una fecha límite para pagarme todo lo que me debés?- El alfa menor abrió sus ojos con sorpresa y trago grueso ante los nervios que sentía al estar rodeado de la mafia a la que le debía dinero.

— ¿Cual sería la fecha?

— Hasta fin de mes.

— ¡Pero ya casi es fin de mes!

El hombre desvío su vista de las cartas y miro aquellos ojos felinos con una sonrisa macabra.

— Eso no es mi problema, te di soluciones, además no se porque ahora te haces el alfa digno y orgulloso cuando todos aquí sabemos que te follas a Hoseok estando con el bomboncito de tu Omeguita.

La risa de los otros hombres resonó en el ambiente causando un escalofrío por la espina dorsal de Yoongi.

La vista del alfa se posó en Hoseok que estaba detrás de la barra sirviendo algunos tragos, con un vestuario un poco revelador.

Hoseok le gustaba, si, le gustaba mucho, pero lo que sentía por Jimin no se comparaba a lo que sentía por Hoseok.

Hoseok era el Omega que lo satisfacía sexualmente, cada uno de sus caprichos los cumplía tal y como el quisiera, pero Jimin.

Jimin era un Omega cálido, con un olor dulce, hogareño y mucho más valioso de lo que una maquinita de sexo podría ser en toda su vida.

Siempre estuvo obsesionado con Jimin, era tan bonito, frágil y temeroso, que el ser un Omega bastante delgado y pequeño lo hacía sentir un alfa poderoso e imponente, era una combinación perfecta.

Sin embargo Jimin lo había abandonado, no tenía recuerdos de lo que pasó la última vez que lo vio, no sabía exactamente que fue el detonante para que Jimin lo abandonara.

— Además...- La voz de aquel alfa volvió a resonar llamando su atención nuevamente - No sabía que eras un mentiroso Min.

— ¿De que está hablando?

— Dijiste que Jimin era tu Omega - El alfa mayor hizo una seña a uno de sus hombres, el hombre de color bastante alto se acercó lanzando una revista en dirección a Yoongi.- Entonces... ¿Por qué estaba del brazo de otro alfa en un evento como ese?

La foto de Jimin del brazo de un alfa, bastante alto y peli negro, estaba en primera plana de aquella revista.

¿Nuevo romance del jóven heredero Jeon?

Los omegas de Jeon [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora