008

36K 4.9K 235
                                    

Las emociones del día que había pasado habían agotado completamente al Omega, se sentía embelesado por el olor de aquel abrigo y por un momento sintió que todo en su vida estaba marchando bien.

Sin embargo al ver el edificio donde ahora residía, que era la descripción exacta de la pobreza y miseria, todo lo bien que había sentido el día, se esfumó.

Recordando su terrible y lamentable situación, tenía un cachorro en su vientre, un espacio deteriorado y bastante incómodo para vivir, sin contar que ni siquiera tenía comida y contaba con poco dinero para la misma, además de que tenía que tomar transporte público para llegar al trabajo.

El castaño suspiro intentando no llorar fuera de aquel edificio y empezó a caminar a su interior, el ambiente era sucio como si no limpiaran correctamente el lugar, además de que el ascensor estaba dañado y tenía que subir cuatro pisos para llegar al suyo.

Era una vida agotadora ni siquiera tenía sentido el seguir viviendo una vida que odiaba y con la que no podia compaginar.

Sus pies dolían y un pequeño dolor en su espalda empezaba a aparecer, quizás cansancio o quizás la aparición de los primeros síntomas de su embarazo.

Pensar en su cachorro lo hacía sentir ansioso y triste, no sabía cómo estaba, o cuanto tiempo tenía en cinta, si bien el celo de los Omega aparecía cada tres meses y su último celo había sido exactamente hace dos meses.

Empezaba a sentirse preocupado por el bienestar de su cachorro, sabía que no se estaba alimentandose correctamente, además de las intensas emociones que venía sintiendo desde hace un tiempo.

Se sentía demasiado irresponsable, en cuanto tuviera su primer sueldo pagaría una consulta prenatal para saber de su cachorrito.

Después de subir entre cansancio y quejas, por fin llegó a la puerta marrón de madera deteriorada, introdujo la llave y abrió aquel espació.

El olor de la humedad lo azotó así como los pasitos de los roedores que habítaban en el lugar.

Con un suspiro lastimero el Omega entró al oscuro y maloliente lugar.

Quitando el abrigo de sus hombros y guindandolo en los ganchos oxidados que estaban en la pared cerca de la entrada, quitó sus converse mirando sus medias de rayas, las mismas que su hermana mayor le había regalado en su cumpleaños número diecisiete.

La familia Park estaba conformada por el matrimonio Park y sus tres hijos omegas, dos mujeres y por último el.

Recordar los tiempos dónde vivía bajo el techo de sus padres lo hacía sentir nostálgico, Jamás se sintió protegido o parte de la familia, el constante rechazo de su padre alfa siempre lo hizo sentir inseguro y menos que cualquier persona, sabía que su madre le enviaba dinero mensual para así tener la consciencia limpia de abogar que realmente estaba haciendo algo por el, cuando nunca lo defendió de las golpizas ni de los insultos de su padre cada que se emborrachaba.

Dispuesto a disipar sus malos pensamientos el Omega se dirigió al pequeño baño en ese lugar, ni siquiera había un calentador de agua ni calefacción, estaba todo frío, tanto el aire como el suelo de madera rechinante y el agua ni se diga.

En esas condiciones cuando empezará a nevar podría tener problemas con su salud.

Quitó su ropa y con un largo suspiro abrió la llave dejando caer las gruesas gotas de agua encima de su piel, sinceramente el frío parecía no afectarlo en esos momentos.

¿Que más podría hacerle daño después de todo lo que ha pasado?.

El frío parecía ser lo menos dañino para el.

Si tan solo hubiera sido un alfa
Si tan solo nunca se hubiera dejado llevar por Yoongi

Quizás, quizás todo sería diferente.

La ducha no duró demasiado pues empezaba a temblar y sus labios a tornarse levemente morados, necesitaba con urgencia un nido, calentito y con un olor agradable, necesitaba por lo menos una gruesa manta que pudiera ayudarlo o...

El Omega camino hacia aquel abrigo guindado en la pared, era negro y largo, por su tela parecía costoso pero se veía calentito además de que tenía ese olor a chocolate y menta que tenía su ahora jefe.

Definitivamente aquello serviría.

Tomo el abrigo y lo llevó con el al colchón en el suelo, envolviéndose en el dispuesto a dormir con la serenidad que le brindaba estar rodeado del olor de ese alfa.

Sin pensar demasiado en el asunto.


🌖🌕🌔

— Entonces... ¿Por qué le dejaste el puesto al impostor?- El alfa gruño ante aquel apodo bastante fuera de lugar a su parecer.

— No lo llames impostor, ni siquiera tuvo tiempo de explicar algo cuando Jin ya lo había metido a mi oficina, si alguien cometió una falta fue tu prometido Nam.

— ¡Oye no te enojes! Jin solo intentaba buscarte un asistente lo más pronto posible, además el señor Lee tardo unos minutos pero finalmente llegó, su hoja de vida decía tener la experiencia adecuada para el puesto, no entiendo porque dejaste al... Al otro chico.

— Porque ya estaba trabajando cuando el señor Lee llegó, es todo- Jungkook quitó los lentes del tabique de su nariz para frotar su cara con sus manos en señal de cansancio.

— ¿Por eso se fue con tu abrigo? - Aquello llamo la atención del alfa quien miro a su amigo con la ceja alzada - ¿Que? Un pajarito me lo dijo...

— ¿Y ese pajarito se llama Seokjin?

— Solo queremos ayudarte Kook, lo que pasó la última vez...

— ¡Basta! Park solo trabajara para mí, no pasará nada más y si tanto les preocupa le di mi abrigo porque hacía demasiado frío y su vestimenta no lo cubriría del todo, ¿Has visto a ese Omega? Se ve demasiado delicado.

— Bueno, bueno, lo siento amigo, no quise molestarte, me mantendré al margen de la situación

— Tu y Jin.

— Si, hablaré con el, no nos meteremos más en el asunto...

El alfa suspiro y asintió, después de todo y aún que el olor del Omega fuera demasiado agradable, no pensaba sobre pasar los límites de Jefe y empleado otra vez, había aprendido a la mala una lección.

Los omegas de Jeon [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora