(POV YoonGi)
Inhalé y exhalé repetidas veces, pellizcando el puente de mi nariz con algo de fuerza, habían pasado aproximadamente veinte minutos desde que me quedé agachado en aquel suelo, meditando y tratando de volver a recobrar el total control de mi cuerpo. Cuando sentí que ya había tenido suficiente, me levanté y me acerqué sin mucha prisa a aquel espejo destrozado, retiré algunos de los afilados cristales del mármol para proceder a lavarme la cara, debía quitarme los restos de mi propia sangre que tenía esparcidos por todo el rostro antes de acudir a aquel encuentro, tallé con algo de fuerza sobre mi piel, viendo como el agua pura y cristalina se iba tiñendo de rojo. Cuando ya estaba suficientemente limpio, guardé la navaja, me coloqué de nuevo el cubrebocas negro, salí de aquel baño y guardé las manos en los bolsillos de mi sudadera, percibiendo con cierta extrañeza como ahora me encontraba totalmente libre y podía moverme cómodamente de nuevo, sin nadie molestando a un lado de mí.
Después de tantas horas sintiéndome incómodamente limitado en cuanto al movimiento, era un completo alivio y a la vez era algo extraño, ya que aún sentía las marcas que habían dejado aquellas molestas esposas sobre mi muñeca. Aparté con rapidez aquel pensamiento y caminé, adentrándome en uno de los pasillos del local, dirigiéndome hacia la única puerta que tenía dos guardias custodiándola.
Al notar mi fantasmal aura de pocos amigos y comprobar apenas la oscura mirada que les estaba brindando, los guardias se encogieron levemente en su sitio y luego se apartaron, abriendo las puertas, dejándome así totalmente el acceso al interior.
Entré al lugar, cerrándose la puerta detrás de mí, visualizando al fondo a un hombre que no era exactamente él estaba buscando, sino más bien se trataba de un chico de unos veinte años de edad, de tez morena, que estaba recargado en un enorme y cómodo Sofá- cojín. A sus costados, dos bellas mujeres asiáticas con poca ropa y sus dotados pechos bateando libremente al aire, portaban pequeñas cadenas en sus finos cuellos, las mujeres en cuestión, estaban eróticamente arrimadas a aquel hombre, atadas con lazos rojos y sobándole con sus finas manos por todo el cuerpo.
Pestañeé y me acerqué importándome poco la escena y la desnudez de las mujeres. Él hombre que disfrutaba de la compañía solo tenía una especie de batín de seda que lo cubriese.
— Creí haberle dicho a vuestro jefe que no queríamos más tratos con él... — Dijo él moreno introduciéndose un puro en la boca e inhalando el humo, todo a su alrededor parecía gritar, "Mírame que rico, peligroso y descarado soy", aunque para mí, sonaba más bien como "Hola soy el niño rico de Papá y lloro si me rompo una uña".
— Corta el rollo. No vengo por él. — Declaré seco y él alzó las cejas levemente. Se había extrañado probablemente del tono autoritario y nada respetuoso con el que le hablaba siendo este posiblemente mayor que yo, la verdad era, que realmente, la única persona a la que yo podría temer un mínimo, estaba muerta. Nadie más podía incomodarme y no podían casi amenazarme puesto que no tenía nunca nada que perder. No tenía familia, amigos, ni vínculos emocionales con los que poder chantajearme, cosa que era, simplemente una gran ventaja en este mundo.
— ¿Entonces? — Preguntó curioso, incorporándose levemente en su sitio.
— Disculpa, busco un adulto — Me burlé y el chico abrió los ojos como platos y apretó sus puños con fuerza.
— Como te atreves... — El hombre apartó a las bellas mujeres de sus costados y se levantó del lugar. Su mirada oscureciéndose y tratando de intimidarme.
Di un paso adelante, aún con mis manos en los bolsillos — No asustas. No tienes autoridad — Admití totalmente relajado — ¿Necesitas que te lo dibuje?
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Esposado A Un Asesino. Libro 1 . Unholy Blood. ⸸ | Yoonmin Hard +18⚠️
Sonstiges"¿Jugamos Gacelita?" Park JiMin es un infante risueño que un fortuito día, se encuentra con un misterioso niño al que intenta hacer su amigo. Horas más tarde, ambos terminan secuestrados por una peligrosa mafia Rusa y milagrosamente, Park sobrevi...