Me robe a la novia

CAPITULO 23

Artem

Tomo la carpeta que me facilitó Filipo, y la hojeo.

— Estos son los estados de cuenta de los últimos seis meses — me explica mientras se arregla las gafas.

Filipo es un excelente contador que conocí hace algunos años cuando presente un ajuste en un pago de impuesto, el hombre en ese momento había hecho como decirle, magia para evitar algunas multas a su antiguo contratador, pero como me vio tan estresado en el tema, me aconsejo y logre solucionar sin contratiempo, sin decir que tienes buenos contactos en el fisco.

— Como ve, hay muchos gastos, mas que todo en las tarjetas, imagino que sale de su trabajo a tomar café y gasta el dinero sin control — reviso uno a una los números que tengo a mi vista, en mis manos le desorden financiero que posee Tori, mi terca e histérica esposa, ella no sabe que la intención de Filipo no solo es arreglar su desastre y saber el monto de sus deudas actuales, si no poder tener acceso a eso, sus finanzas.

— Sobre los Impuestos — el hombre se queda en silencio y lo miro rascándose su cabeza — no se como lo ha hecho pero es puntual, según me dice, su empleado la ayuda — levanto una ceja.

Tori tiene dos empleados, una chica estudiante de cosmetología y un chico, como de 22 años que lo he visto con un guitarra a sus espaldas, de hecho, hoy cuando la deje en su tienda ya el joven estaba ahí, la ayudó con el café que me obligó a comprar para ella, a pesar que había tomado una taza en la casa, no quiso desayunar, pero le compre un pastel y una galletas que era lo único que pude ver en esa cafetería donde nos detuvimos cerca de su negocio.

— El estudiante o alguien más los ayuda con esto — levantó los papeles — ¿es puntual con sus impuestos, pero no con los bancos?

Filipo levanta los hombros.

— A simple vista, ha sido puntual Artem, sabes que debo hacer una revisión más detallada, pero me traje todo lo que necesito — el hombre palmea su maletín — realice una auditoría fugaz el día de hoy, pero...

— Haz lo que necesites — le digo cerrando la carpeta y entregándose.

El se levanta de la silla y la toma en sus manos, la guarda dentro de su maletín con el resto de los papeles y facturas de Tori. — Necesito con urgencia arreglar todo sobre sus finanzas — le recuerdo lo que ya le pedí, antes de que fuera donde Tori.

— Claro, es mi prioridad ahora — se arregla las gafas otra vez — sobre los honorarios...

Pongo los ojos en blanco.

— Dale el monto del adelanto a Judith, sabes que jamás he dejado de pagarte — me quejo.

— No es por mi, pondré a mi asistente a que me ayude y también deje allá a Damara, a regañadientes de tu esposa — dice y exhala agotado, y se que tuvo que enfrentarse con el carácter de Tori, pero el como yo somos bastante pacientes.

— Bien, solicitarle a Judith la parte de Damara también, necesito que me informes sobre esto lo más rápido posible — le insisto, levantándome de mi silla.

Rodeo el escritorio y acompañó a Filippo hasta la puerta.

— Pedí una revisión de los impuestos — me habla y lo miro con atención.

— Pensé que todo eso estaba bien — hablo con duda.

— Puntual no quiere decir correcto — asiento — sabes que tengo conocidos que pueden arreglar eso en el fisco, también usaré el adelanto para...

— Okey, okey — digo dándole un empujón para que salga ya, el sonríe — prioridad, Filippo.

El asienta y lo veo caminar hasta el escritorio de mi asistente.

— Judith, dale el adelanto que te pida y me traes los contratos que estoy esperando — la mujer rubia asiente y mira hacia Filippo.

Cierro la puerta y caminó hasta la estancia que tengo en mi oficina.

Sabía que podría encontrar algunos desarreglo en sus finanzas, era lógico para mi que no sea ordena en eso, pero la idea en llegar al fondo de sus gastos, me dijo esta mañana que la habían robado y cuando le insistí en denunciarlo, no quiso, ni ella sabe en qué gasta, sin embargo, odia la idea de que la ayude, e insiste que si lo hago me pagará.

Preparo mi taza de café en mi máquina de expreso y miró el líquido oscuro caer mientras sigo pensando, y no precisamente en los número que es lo que me interesa, es Tori, cada día me sorprende y me deja sin aliento.

Hoy vestía pantalones ajustados y no pude evitar dar más que una mirada a sus caderas.

Condenada mujer, es ardiente sin notarlo — me digo y sonrío, pero la sonrisa se borra en cuanto el café está listo y tomó la taza, camino hasta el ventanal para mirar la ciudad.

Debo estar centrado en el plan, seguir los pasos, no distraerme con las caderas de Tori, o su boca, una boca deliciosa por cierto.

No, no Artem, basta de eso — niego con mi cabeza mientras me llevo el líquido caliente a mi boca.

Aunque es difícil no pensar en ella cuando ya la tuve una vez, y fue tan bien, lo bueno es que tengo la tentación lejos de mi cama y eso me hace mantener los límites a partir de ahora, centrarme en lo que debo hacer sin importar que estén mis padres.

¡Carajo! que mierda con mi familia — pienso y siento el líquido quemar mi pecho mientras baja. — espero no arruinen nada.

Mi familia no sabe lo que pasa con Tori, ellos creen que es una caza fortuna y que se aprovecha de mi, es tonto que crean eso pero los entiendo, Alek cayó fácilmente con esa mujer, y sin darnos cuenta todo se destruyo en nuestra familia luego de lo de mi hermano. Cierro los ojos al pensar en la tristeza que me golpea al pensarlo.

Vuelvo mi cuerpo al escuchar la vibración en mi celular y aparece el nombre de Mika

Ahora que querrá.

Atiendo.

— Hola, hermanito — el tono de mi gemela no me gusta, es cuando me quiere joder.

— Que quieres Mika, estoy ocupado trabajando, cosa que no sabes que es — digo molesto.

— Mamá quiere saber... — ¡oh, no! Esto no es bueno cuando su frase empieza así — ¿Porque las cosas de tu esposa están en otra habitación, ustedes no duermen juntos? — ¡mierda!

La escucho reír

— ¿Es por su episodio de locura? — entrecierro los ojos.

— ¿De qué mierdas hablas? — ladro.

— Cuando te grito que la dejara salir porque la tienes encerrada.

Debo ir a mi casa y resolver todo esto, y espero que Tori no lo arruine.