Artem
La subí a mi auto y se alejó lo mas que pudo en cuatro entre tras de ella, esta hermosa y aun más candente, más malhumorada, la extrañe. Pase mucho tiempo sanándome, pase demasiado tiempo pensando que debía dejarla en paz, pero no pude, la seguí cada tarde cuando salía del laboratorio o en las tardes cuando sabía que deseaba su café y algo de azúcar.
La extrañe mucho.
Se inclinó hacia ella y trató de alejarse, me mira de reojo y abraza su cuerpo.
— ¿Por qué no me dijiste que querías un bebé? — al saber lo de la prueba de embarazo me enloquecí, lo sé, pensé en ella con otro mientras yo estaba en un cama, la juzgué y me cabreo la idea de que ya me sustituyera, pero también sabia por Shana que Tori no estaba bien de salud, ella misma le insistió que fue por un chequeo médico, era mejor prevenir.
— Porque no quiero bebés, Artem, deja ya ese estúpido tema — habla sin mirarme y con un tono de que aún me odia, aunque no tanto si se subió al auto conmigo, no peleo, solo me dijo que me muriera.
Dudo que me quiera muerto.
— ¿Por qué la prueba de embarazo? ¿Por qué dejas la píldora?, ¿tienes planes? sabes que no puedes hacer ese tipos de planes sin incluirme — le advierto y me mira con ojos de asesina, si, lo se, mi pequeña Tori aun me matara ella misma, si pudiera.
— Creo que tiEnes problemas de audición tan graves como los que tienes en tu cabeza-. — Me dice mirándome mientras sus ojos brillan con furia.
Mi sangre recorre como loco mis venas y llenan mi polla, no puedo evitarlo, estoy loco por ella y esa manera de pelear contra mi y me enloquece.
— Escuchaste a la Doctora — se inclina un poco hacia mi — era rutina, idiota.
— ¿Por qué dejas la píldora? — me mira y luego vuelve su mirada a la ventanilla.
— Es mi cuerpo, es mi decisión — responde.
— Eres mi esposa — me inclino y susurro a su oído, ella trata de alejarme pero no con tanta fuerza — es mi decisión ser el único padre de tus hijos, recuérdalo.
No permitiere que Tori se embarace de cualquiera, si ella quieres hijo se los doy yo, no le dejaré el campo listo a nadie, no cuando ella es mi esposa, y será la única que llevará ese título.
Huele delicioso y me quedo con mi nariz pegado a su cabello.
La extrañe, extrañe esa sensación que le hace su olor a mi cuerpo y a mi mente, solo pienso en cosas sucias que hacer con ella, quiero solo estar dentro de su interior, ese fruto jugosos que esconde entre sus piernas, deliciosamente tentadora.
Pongo una mano en su cadera, ella se tensa.
— Hueles bien — aspiro más del olor de su cuello — rosa y leche ¿no? nunca olvidaré tu olor cuando lo usas, es tan...
Ella no se mueve pero siento como su pecho se agita, sube y baja sin control
Gruño mientras paso mi lengua por su clavícula hasta su barbilla, Tori no se mueve, está muy tensa pero no me rechaza, aprovecho y pongo mi mano en su pierna y se agita para que la deje.
No habla.
— Dame una razón para no meter... — le susurro sabiendo que está Marcus manejando y podría escucharnos — mi mano entre tus piernas.
— Te odio — dice tan bajo que se que solo quiere que yo escuche, mis labios se curvan en una sonrisa.
— Y yo te amo Tori — dejo besos húmedos en sus mejillas.
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Me robe a la novia
RomansaTori Rusell, una química cosmetóloga en crecimiento, se entera en la noche de su boda, que su esposo la estaba engañando con su hermana menor, así que huye de la recepción, y en medio de su escape sufre un accidente que la lleva a la casa de un ele...