Tori
No pensé que no me olvidaría tan pronto de los que hice con el loco ruso dios griego y maniaco de Artem, pero al entrar en mi mi tienda, sentí un gran tranquila y una enorme paz, amaba lo que hacía, y estar en el lugar que me costó tanto levantar, me hacía sentir que estaba donde pertenezco.
— ¡JEFA! — Escucho las voces en coro de mis dos fieles empleados.
Amari y Loui, la primera estudiante de cosmetología y el segundo solo es un empleado ejemplar que sea ser músico, es algo extraño que un chico así trabaje en una tienda de cosméticos, pero es joven y tiene sueños y los sueños cuestan dinero, que lo se yo.
— ¡Buenos días chicos! — les digo y ambos me abrazan y casi hacen caer los cafés que les traía, los cuales hice que Iris y Bourne, los hombres que ahora son mis guardaespaldas, se detuvieran para comprar.
Mi estúpida tarjeta marcaba como si no tenía fondos, así que pero por orden de Artem ellos tuvieron que pagar, no me importó que lo hicieran, solo eran cafés, pero tampoco me importó responder la llamada que él le pido que me pasaran, no deseo hablarle, no luego de lo estúpida y zorra que fui por su culpa.
— ¡Jesús, jefa¡ estábamos preocupados luego que... — habla Amari y se interrumpe metiendo su vaso de café en la boca y me mira con ojos de arrepentimiento.
La miro y sonrió.
— Si, lo se, pero no tengo nada que decir sobre eso, solo quiero ponerme al día — camino hasta el estante dándome cuenta que algunas lociones y cremas estaban en lugares equivocados, miro hacia Loui y corrío hasta mi.
Se hace la tarea de arreglar las opciones y ponerla en su lugar. No soy una mala jefa, pero soy exigente y ellos lo saben.
— Lo siento jefa, estaré pendiente cuando vengan clientes — se disculpa y yo voy hasta el mostrador y reviso los pedidos, hay algunos con retraso, lo sé.
Miro los papeles y las deudas, debo ocuparme de esto lo más pronto posible. Cuando levanto el rostro mis dos fieles empleados me miran y yo solo miro detrás del cristal de la tienda los dos hombres que parecen estatuas en las afueras vigilando.
Doy un largo suspiro y así miro otra vez a mis empleados.
— Estoy bien, no se preocupen — les aseguro, aunque no me siento realmente bien, en realidad.
El resultado del desastre de la primera boda y ahora la gran noticia de mi segunda boda estoy consciente que ya ellos lo saben, no soy una celebridad ni conocida pero mi actual esposo si que lo es, y supongo que lo de nuestro matrimonio ya se sabe.
— Disculpe por ser tan indiscreta jefa pero... — habla Iris.
Yo exhalo y sonrió, no soy una persona descortés pero no quisiera hablar sobre nada, solo deseo trabajar, pero creo que ellos necesitan saber que sucedió.
— Si, es verdad que me volvía a casar y si es verdad que lo de Paul fue un desastre — confieso.
Trate de no me afectara demasiado pero me afectó, todo los que había escondido mientras Artem me tenía atrapada empezó a salir. Traiciones dolorosas y no es tan fácil de borrar. Algunas lágrimas salieron y me limpié el rostro con rapidez.
— Lo siento — me dice Amari con la intención de consolarme y cuando dio un paso hacia mí, le mostré mi sonrisa.
— No te preocupes, — miró hacia los dos, mi expresión calmada para que no se preocupen por mi, pero Luis estaba distante, su expresión de siempre fue cambiada por una tensa y de molestia. No sé lo que piensa, Lois, él es demasiado reservado aunque resultó ser un excelente empleado.
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Me robe a la novia
RomanceTori Rusell, una química cosmetóloga en crecimiento, se entera en la noche de su boda, que su esposo la estaba engañando con su hermana menor, así que huye de la recepción, y en medio de su escape sufre un accidente que la lleva a la casa de un ele...