Artem
— No lo estas haciendo bien, Artem — le digo a mi reflejo en el espejo mientras estoy en mi baño, miro las marcas que me dejo Tori durante la noche sin control que tuvimos.
No era el vino, ni el vodka, fue el deseo loco que nos teníamos.
— Soy un idiota — me reprendo mientras trato de cerrar mi camisa y evitar que noten el mordisco que me dejo la radiante pequeña zorra en que se convierto Tori.
Sonrió recordando lo sucio de nuestro encuentro, luego sacudió la cabeza de un lado a otro para borrar esas imágenes de los dos, demasiadas perversas y muy sucias.
Dios, Tori no solo es ardiente, es una diosa perversa para el sexo.
Esto no está bien — me repito mientras meto mis manos por el cabello mojado.
Claro que no está bien — me respondo a mi mismo — antes de que lo espere debería de dejarla y acabar esta farsa, pero no, estoy aquí disfrutando de la locura que resultó ser Tori Russell.
— Es una pequeña putita cachonda — me digo en voz baja y sonrió, luego vuelvo a cuestionar mi estupidez.
— ¡Maldición! vas a dejar de hacer esto — me regaño — la dejaras en paz y seguirás con los planes.
Luego abro la puerta de baño y ahí está, ella y su delicioso y ardiente cuerpo completamente desnudo, mostrando las marcas que dejé en su culo mientras la follaba.
No una, ni dos, si no fueron tres veces que nos dejos a los dos completamente inconscientes de lo intenso de la noche.
Mi polla se endurece y cierro los ojos reprimiendo lo que siento.
Solo fue esta vez — me digo — no volverá a pasar, no quiero involucrarme más y no quiero que termine obsesionándome o aún peor enamorándome, cuando tenga que dejarla.
¿La dejaras?
Tengo que hacerlo y dejar que encuentre a alguien que no la engañe.
Pero de solo pensar a Tori en la cama con otro, siento mucha rabia y celos.
¡Maldición!
Tomo mi corbata y mi chaqueta y salgo de ahí, huyendo de ella, sin dejar que me afecte más, soy un hombre con un propósito, no un quinceañero cachando con su primera novia de secundaria.
Llegó hasta el comedor y creo que no encontré a nadie, porque todos estaban bastante ebrios y alegres luego de unas cuantas botella de vodkas y algunas de vino.
Pero veo que mi madre y mis hermanas necesitan más darle al chisme cuando entro y las tres me miran.
— ¡Vaya llegó el semental! — habla Maki y la miro entrecerrando los ojos.
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Me robe a la novia
RomanceTori Rusell, una química cosmetóloga en crecimiento, se entera en la noche de su boda, que su esposo la estaba engañando con su hermana menor, así que huye de la recepción, y en medio de su escape sufre un accidente que la lleva a la casa de un ele...