Tori
Mis cumpleaños siempre han sido muy especiales. Nací el 18 de septiembre del 1993, cuando niña siempre tuve una celebración con amigos y pastel, era popular hasta llegar a la universidad, ser estudiantes de ingeniería química era como ver a una nerd, pero yo no me sentía así, claro que me pasaba mucho tiempo en laboratorios y haciendo experimentos, en mi caso siempre quise hacer: champús, cremas para el rostro, labiales y hasta perfumes. Trate de hacer pero era muy costoso para tener insumos de buena calidad, y que no terminará con mi padre sin cabello o con una herida cutánea por culpa de mis productos por no conocer bien el PH de la piel de mi modelo; casi siempre era mi padre, aunque podíamos conseguir entre los compañeros una persona que se arriesgara, pero luego de una accidente con una crema facial nadie quería ser mi modelo. Fue difícil y complicado.
Luego de graduarme era distinto, podía conseguirlos solo con un anuncio, pero debí pagar muy bien para que asumiera el riesgo y no podía costar una demanda por un accidente. Así que me dediqué más que todo a utilizar productos naturales y la parte de cosmetología que más me dediqué fue la higiene: jabones, pastillas humectantes, champo, entre otras cosas.
Estudiar y lo que tengo ahora puso cosas importantes como; celebrar mi cumpleaños en un segundo lugar o más bien, casi fue nulo, aunque mi padre siempre trataba de que fuera a sus cenas de cumpleaños, y sin importar si te gusta o no el restaurante que él eligió, debía ir.
Pero hoy, Artem se dedicó a hacer algo que nunca había tenido, una cena familiar con mi comida preferida, el sushi.
Igual como aquella primera salida donde me llevó a ese lugar solitario y que fue un espectáculo, hoy la terraza y parte del jardín está decorado de una manera oriental y es fascinante. Lámparas de dragones, mecheros y una gran plancha con un chef asiático. El ayudante hacía su trabajo mientras, él se encargaba del espectáculo.
No debería sentirme tan feliz, pero siento algo extraño en el pecho que no deseo sentir, mucho menos por él.
Mi madre me mira y camina hacia mi, veo por encina de su hombro a Ivonne y no quiero ni imaginar que el idiota de Paul este aquí con ella.
— Nena ¡Feliz cumpleaños! — dice ella y me abraza, pero yo aún me siento demasiado incómoda con su presencia y la de mi padre, cuando es evidente que eligieron a Ivonne a pesar de todo lo que me hizo.
— Gracias madre — le digo con una sonrisa de boca cerrada.
— ¡Vaya! Estás hermosa — dijo y me golpea con su cadera — el estado civil te va bien.
¿En serio? No pude creer que mi madre ahora me hable como si el matrimonio de Artem y mío no le pareció una locura desde el comienzo.
¿Qué carajos le pasa? ¿Será la vejez? ¿La menopausia? ¿Qué mierdas le pasa a esta mujer?
— ¡Nena! — escucho la voz de mi padre que viene de atrás de mi.
Papá bien acompañado de los Sokolov, el padre y los dos hijos parece que odiaran todo en esta vida, miradas frías no muestran ni una sonrisa en su rostro.
— Artem me estaba mostrando la casa — me dice mientras me da un abrazo.
Yo trato de parecer que no estoy incómodo y miro a Artem que sus ojos escanean lo que traigo puesto.
Me decidí por un vestido negro corto con falda suelta y unos tacones que Maki me obligó a comprar igual que el vestido, mi espalda está al descubierto y por si no uso brasier, la tela era gruesa así que no se notaba que la mirada gris me daba escalofríos y mis senos se endurecieron.
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Me robe a la novia
Lãng mạnTori Rusell, una química cosmetóloga en crecimiento, se entera en la noche de su boda, que su esposo la estaba engañando con su hermana menor, así que huye de la recepción, y en medio de su escape sufre un accidente que la lleva a la casa de un ele...