CAPITULO 58

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Artem


— Creo que esta vez se le fue un poco la mano, ¿no? — me reclama Marcus mientras tengo a Tori en mis brazos y entro con ella al apartamento donde me mudaré.

— ¿Te he pedido una opinión? — lo miro como si quisiera matarlo y él solo levanta sus manos rendido.

— solo digo — se defiende y acuesto sobre el sofá a Tori quien ha tenido una hemorragia nasal.

— ¿Llamaste a la ambulancia? — le pregunto mientras colocó la cabeza de mi esposa de un lado, para que toda la sangre que deba salir salga, ella se ahoga y tose.

Marcus y yo la miramos, Tori se toca la sangre y luego vuelve a ver sus manos y la sangre en el suelo, vuelve a desmayarse.

— ¡Carajo! — Cuando la sostengo otra vez, creo que mi explosiva esposa tiene terror al ver la sangre, sí que la coloco bien para que no se caiga y voy por unas toallas, quiero limpiar todo para que cuando se despierte no tenga ninguna evidencia de su hemorragia.

Limpio su cara con la toalla húmeda y uso toallas desechables para el piso, por lo menos no coloque alfombra que era lo que quería, las tuberías de agua aún están a prueba y no debía mudarme, pero necesitaba estar cerca de ella y esta fue mi única estúpida manera de verla.

Fue estúpido, lo se, igual ella me gritara, me ignorara y quizás hasta me denuncia por acoso. Pero me estoy enloqueciendo si no la tengo cerca, así que aguantaré todo sus insultos.

— ¿Qué miras? — le reclamo a mi estúpido pero fiel mano derecha quien parece que se burla de mi estupidez.

— Solo lo observo, le falta solo quitarle la camisa para que no quede rastros de sangre — lo dice con burla pero tiene razón, debería de quitársela pero me quito la mía y entonces cuando la iba a cubrir ella abre los ojos.

— Que.. ¿Qué haces? — me empuja, está mareada porque se agarra la cabeza y mira mi camisa se la quita y ve la mancha, me acerco.

— Solo no la mires, no pasara nada — le pido mientras sostengo sus rostro en mis manos.

Que bien se siente Tori, su olor lo puedo sentir a pesar de que el ambiente de la casa está lleno de olores, el de ella me ralentiza, y eso lo que necesitaba, quiero abrazarla pero ella me empuja.

— ¡No me toques! — se levanta sosteniéndose para no caerse — no se que pretendes con esto — me reclama mientras trata de salir, tambaleando de mi apartamento.

La sostengo por la muñeca pero ella me vuelve a empujar y se suelta.

— Esto es en verdad serio Artem, estás enfermo, no está bien lo que haces, ¡déjame en paz! — habla con hastío y siento dolor en mi pecho.

Si, quizás esté mal todo lo que he hecho, quizás tengo un problema pero me sentía normal, me sentía un hombre completo con ella, y estoy negado a perderla.

No puedo perder a Tori

Veo como se mete a ese lugar donde ahora vive y exhalo frustrado.

— ¿Llamo a los de la mudanza para que saquen todo de aquí?— pregunta Marcus y lo veo mientras me pasó las manos por la cabeza y me despeino.

— ¿Por qué harías esa estupidez? — le exijo y doy mi camisa que esa machada de su sangre, imagino que cuando la sostuve en mis brazos.

— Creo que la señora Tori fue clara, y ¿si lo denuncia? y ¿si vuelve a la cárcel? — me pregunta y eso también lo pensé, si Tori me denuncia ya no le importa lo que me pase, y si es así ella me está diciendo claramente que la deje.

Pero tengo algo de fe de que no lo hará.

Por lo menos eso espero.

— Solo ayúdame con el sofá y luego la cama — hablo sin ver a Marcus, se que tampoco entiende y no quiero su aprobación con lo que refiere a Tori,

No he hecho las cosa bien y no se si esto lo resuelva, que me vea a menudo y sepa que estoy aquí solo cruzando el pasillo, solo quiero eso.

Que sepa de mi presencia, Tori y yo tenemos una relación explosiva, y candente, se que si me ve a menudo pasara igual que antes, que me odiaba y terminó en mi cama. Es bajo, lo sé, pero ella es mi esposa y es mía, no puedo dejarla sola y permitir que otro se le acerque, no cuando yo estaré ahí para evitarlo.

Ella debe entenderlo, y al final me aceptara.

Me robe a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora