CAPITULO 19

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Tori


No debería sentirme tan zorra, pero lo soy, soy una grandísima zorra.

Ahora que me escape de la estupidez más grande que he hecho en mi vida, claro, luego de haberme casado con la mentirosa de Paul.

QUE GRAN ESTUPIDEZ HICE.

Entró en el baño y me meto en la ducha y abro el agua, dejando que el agua me cubra por completo, luego de la estupidez que hice. Acabo de tener sexo con el loco que me ha tenido retenida y que me obligado con sus manipulaciones a casarme con él, no sé que carajos me paso, creo que todo lo que me ha ocurrido, lo de mi boda, la traición y ahora encontrarme presa en la casa de un hombre que aunque parezca un dios, esta completamente loco y tiene una extraña obsesión conmigo.

Salgo de la ducha y me despojo de la ropa que me cubría porque me metí bajo el agua con ella puesta, aun tengo la sensación de sus grandes manos en mis caderas y mis labios están hinchado de ese beso tan posesivo que me dio y que correspondí como una loca desquiciada que no tiene nada más que hacer, que entregarse a su secuestrador.

¡ESTOY COMPLETAMENTE LOCA! — me digo mientras miro mi cuerpo completamente desnudo en el espejo y me doy cuenta que tengo las mejillas sonrojadas y marcas en mi piel.

¿Qué pasó Tori? ¿Por qué lo hiciste?

¡NO LO SE! — es lo que me repito, solo que empecé a sentir su cuerpo tibio y sus duros músculos y todo eso me llevó a tocarlo sin que me detuviera, sentí el deseo descontrolado de disfrutar ese cuerpo tan espectacular que tiene Artem.

¡Es un maldito dios y lo deseabas, eso pasó!

Cuando decido bajar pensado que él ya se había ido, me lo consigo en el comedor, tomando su taza de café, su mirada fría como el hielo me observa y yo inmediatamente siento todo mi cuerpo arder por la vergüenza de la estupidez que hice.

Yo empecé todo, y es algo que sé que me sacara y aprovechara a su beneficio.

— Come algo, le pedí a Marcus que algunos de los chicos te llevaran hasta tu tienda — dice en tono de voz calmada mientras mis piernas parecen gelatina al escucharlo de esta manera, como si no hubiera pasado nada entre los dos.

¿Qué pretendías Tori? tu empezaste todo — me digo — él se hará el idiota y hará que su estúpido ego crezca tanto que creerá que te tiene en sus manos.

— Que.. ¿Qué quieres decir? — digo luego de aclarar mi garganta, ya que casi no tenía voz.

Eres una cobarde, te comes a ese espécimen — y no de la manera literal, — te comiste su polla y luego ahora estas como adolescente virgen frente al chico que te gusta y este le habla.

No, no, él no es el chico que me guste, solo fue... bueno, solo fue el momento, es normal sentir calentura ¿no? o ¿solo fui yo que soy tan zorra que no me pude aguantar?

— Te dije que podrías hacer lo que quisieras, si dormías conmigo — dice eso y me hace tragar grueso.

Las chicas que sirven entran y me traen un desayuno completo, y mi estómago gruñe.

— Y dormimos juntos — sigue y no lo miro pero siento algo de burla en su voz.

No hablo, ni lo miro, pero siento cuando coloca su taza sobre el plato y suena la porcelana al chocar, se levanta y cada paso lo siento como con sonido sordo en mis oídos.

Escucho sus pasos, cuando se levanta de la silla y se detiene exactamente a mi lado, pone su manos sobre la mesa y logró mirar su gran mano y un rolex dorado adornando su muñeca.

Trago grueso.

— Dos de los chicos te cuidarán mientras trabajas, solate — dice en voz baja — nos veremos en la cena.

Se va, me deja con los ojos cerrados, aguantando la respiración y sintiéndome completamente estúpida, no puedo creer que haya hecho lo que hice, no me siento bien aunque si, lo admito, disfruté cada momento con ese loco mientras estuvimos en la cama.

¡ESTÁS LOCA TORI, Y ERES UNA MALDITA ZORRA! 

¡ESTÁS LOCA TORI, Y ERES UNA MALDITA ZORRA! 

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Me robe a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora