CAPITULO 28

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Tori

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Tori

Todo esto es demasiado costoso — pienso mientras reviso las prendas en la cuarta tienda donde entran las hermanas y la madre de Artem; se que si compro algo aquí no podría pagarlo luego de todas las deudas que tengo con él, deudas que no quise adquirir pero como es Artem Sokolov, no dejó otra opciones.

Escucho a las mujeres discutir por varias prendas y ni siquiera les entiendo, a veces hablan hacia mí para que entre en la conversación pero aunque me gusta la moda, no se que tipo de ropa usan a las mujeres como ellas, digo, son mujeres de clase alta y se les nota. A la hora de pagar siento que el celular que me dio Artem empieza a vibrar y no tengo que ver la pantalla cuando se que es él, es algo molesto que siempre tiene algo que decirme, más que todo para presionarme por algo, y se que ahora solo quiere saber que haré con su tarjeta y no pienso usarla.

Acosador, obsesivo y controlador, eso es Artem Sokolov que no escriben en las noticias sobre él.

— Artem quiere que le respondas el celular, ¿será que lo tienes en silencio que no lo escuchas? — me pregunta perspicaz Maki, yo le doy una sonrisa de boca cerrada y tomo el celular que me entrega, le doy la espalda para responderle a mi acosador esposo.

— ¿Si? — pregunto al colocar el aparato en mi oído.

— Maki me dice que no has comprado nada — habla y escucho su gruesa y exigente voz, mi cuerpo se expresa de una manera que no puedo evitar.

Creía que era la loción que yo había hecho que me hace actuar de una manera irracional, por las feromonas en ella, pero veo que es él, es Artem que me hace sentirme de esta manera.

¡Que estúpida y zorra eres, Tori! — me reprendo.

— Te dije que no gastaría tu dinero, no se porque no lo entiendes — me quejo.

Lo escucho exhalar en el auricular.

— Bien Tori, no discutiré mas contigo, no quieres usar la tarjeta, no la uses, no compraras nada, bien, no lo hagas, no responderás mis llamadas, tampoco te volveré a llamar, tengo bastante con que lidiar, y tener que tener a mi familia entrometiéndose en mi vida y con una esposa malcriada y terca, que me esta hartando — me colgó, no dijo nada más. Me quedé con el celular en la mano solo escuchando el vacío.

— ¿Y bien? — miro hacia Maki y le sonrió — ¿dijo cuánto puedes gastar? Nunca pensé que Artem fuera un tacaño — le doy el celular y miro a mi alrededor, su madre y su hermana mayor estaban ya en la caja con sus compras.

— En realidad es más que tacaño — digo y la escucho reír.

Niega con la cabeza y mira una chaqueta color blanca muy linda y la coloca sobre mi.

— Entonces, vaciaremos su tarjeta — me da la chaqueta y luego un vestido que estaba detrás de mí, el cual estaba mirando — ¿podría traer uno de su talla? — le habla ahora a la dependienta, y luego volverá a verme — no se que se traen tu y mi hermano.

La miro mientras noto que evita a su madre y me lleva al otro lado de la tienda, simulando mirar las prendas y tomando algunas al azar.

— Ellos no entienden y yo creo que está bien, Artem debe salir ya de su caparazón, ese que creo cuando Alek murió — la miro con atención, sus ojos se ven distintos a los Arten cuando hablan sobre la muerte de su hermano mayor.

— ¿Su caparazón? — pregunto por curiosidad.

— Si — habla mirando algunas blusas, muy lindas y sexis, me las entrega — pensé que se casaría con esa novia que tenía... Irina, aunque no me parecía que fuera de su tipo cuchichea y hace una mueca de desagrado, yo sonrío — y de repente término con ella — la manera de hablar parece que es de amigas desde siempre — Artem siempre ha sido conservador, y siempre lo lleva la contraria a papá, Alek era... como decirlo — pone su dedo en la cara, puedo mirar su manicura rosa impecable y brillante.

Ya veo porque la habitación donde estaba era completamente rosa, es para Maki, por esa razón ella decidió quedarse ahí y yo ahora debo dormir con el carcelero que es mi esposo.

— Era el intermediario entre los dos— continúa tomando prendas de ropa y ahora se las da a la dependienta, ya que mis manos están repletas — Alek se enfrentaba a papá por las cosas que hacía Artem — ella me mira y sonríe con tristeza — conmigo era distinto, me tocó ser independiente de mis mis padres solo si encontraba un esposo, ahora dependo de él.

— ¿No lo amas? — preguntó con indiscreción y luego me doy cuenta que no debí hacerlo por su cara.

— En realidad John es buen hombre y me quiere mucho — habla para que solo yo escuche — y si, lo amo mucho, pero estoy consciente que el y yo no somos iguales, aunque él tolera todo lo que hago — se inclina hacia mí y me habla al oído — creo que tiene un acuerdo con Artem de cuidarme cuando no estoy con él — sonríe — soy su hermana mayor, por unos minutos y él es quien me cuida, a veces.

Ríe cuando escucha que su madre nos llama, ambas hablan por un rato mientras yo voy con la ropa que ella eligió a la caja, al final logra comprar algo, que aunque no era de mi gusto quizás deje tranquilo a Artem, quien definitivamente está de muy mal humor.

¿Debería molestarlo? ¿hacer algo que lo saque de las casillas? — pienso por unos segundo con un deje de malicia, y luego me rindo, porque no se como reaccionaria, estar entre los Sokolov, una familia de costumbres y muy exigente, y también aterradores, me hace pensar que quizás si son mafiosos.

Al final de la mañana terminamos en un café y aunque a veces era incómodo estar rodeada de rusas, me di cuenta que ellas trataban de incluirme en las conversaciones, porque no hablaban en su idioma, y así fue que pasamos luego al almuerzo.

¿Así debería ser tener una nueva familia?

¿Salir, conocerse y compartir?

Nunca me vi con la familia política de esta manera, nunca con Paul cuando no hablaba sobre su familia, y con Artem era distinto también, jamás me vi como su esposa, sino como un compromiso con él, obligada si, pero no me vi casada realmente con él, no sabría cómo comportarme como una mujer casada por todo lo que paso con nosotras, pero ahora veo que con las Sokolov es algo más relajado ahora que compartimos un día entero.

Terminamos la velada en una visita a mi tienda ya que las querían algunas de las lociones y cremas que les había hablado durante el almuerzo, iniciaron en pagar aunque no quería, pero estaba bien ya que debía cancelarle a Artem lo que pago en mi negocio.

Al llegar es anoche a la casa me encuentro un sorpresa, mis padres estaba ahí ya que con todo lo que había vivido estos últimos días había olvidado que hoy era mi cumpleaños, si, hoy era el cumpleaños número 26 y lo olvidé por completo, pero creo que mi esposo no lo olvido porque había preparado una gran cena con su familia y la mía.

Me robe a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora