Tori
No se como definir todo lo que Artem y yo tenemos: sexo, locura, atracción lujuriosa, si, lo se, todo tiene que ver con el sexo y oír eso mas me inclino a creer que solo es eso. Pero él, últimamente ha actuado mucho más posesivo, atento y celoso. No fue así al comienzo, era frio, siempre que terminábamos teniendo sexo, se iba sin decir nada, y luego volvía y me ignoraba, yo también lo hacia porque, bueno porque si, si él lo hace yo también lo haría, diente por diente, no podía permitir que un hombre como el, loco y obsesivo me meta dentro de mi.
Pero desde que aceptó su estúpida propuesta de poner mi tienda en este local ha estado supervisando todo, hasta que le salió un viaje y me lo informó solo por teléfono. Me cabreo un poco, solo un poco.
— No creo que haya problemas Artem, es tu trabajo y yo hago el mío — le digo mientras los chicos mueven las cajas que traigamos de la antigua tienda hasta aquí.
Mis dos guardias Iris y Bourne se ofrecieron ayudar y también les agradezco mucho.
— Te estoy informando que llegaré muy tarde o quizás no logre subir al último vuelo de hoy, quizás nos veamos mañana, ¿bien? te lo informo para que estés al tanto de mi itinerario.
— Solo serán unas horas, Artem, está bien — le digo, y hago señas a Iris que se había quitado la chaqueta y se había ensuciado la camisa blanca de su traje, pero fue hasta que Amari, mi empleado lo vio y quiso ayudarlo, ambos se miran de una manera extraña pero el se aleja de ella, y sonrió.
— Quiero saber si todo está bien ahí o ¿necesitas ayuda? — me dice y sonrío al ver a los chicos ayudando y limpiando, mientras Iris se aleja de Amari esta parece que lo persigue por todo el lugar.
¡Chicos! — pienso.
— Todo está bien, ve a tu viaje — le aseguro y escucho que exhala.
— Bien, Mashenka. Cualquier cosa me llamas, sabes que puedes hacerlo ¿sabes, no? — tengo ganas de reír al escuchar a Artem pero no lo hago me aguanto.
Doy la espalda de los chicos y me pego de la puerta de vidrio, que casi toda está cubierta por papel periódico y bolsas plásticas para que no vean lo que hacemos hasta abrir la tienda.
— Ve tranquilo Artem — le aseguro al ruso, que se muy bien que está con un ataque de celos sin razón.
— Okey, okey... solo digo que... — se queda en silencio y luego dice algo en ruso que no entiendo, suspira — pronto nos veremos mi pequeña putita.
Escucho su respiración antes de que se acabe la llamada, y siento que esa manera de Artem era solo para ponerme muy cachonda y piense en él, lo logra, porque solo así me llama cuando está muy caliente. Quisiera saber si el también se pone así.
— ¿Es solo sexo cierto? — le había preguntado la noche anterior luego de terminar cansados y tener la respiración calmada de Artem sobre mi nuca, sus manos sobre mi pecho y sus dedos jugueteando con mi pezón, era de esas pocas veces que terminamos abrazados luego de hacer locuras.
— ¿Sexo? — pregunto y su mano se quedó callada antes de abrir su mano cubrió mi seno por completo.
— Si, esto que tengo, sé que no me amas, es imposible y yo no te amo, no te conozco y lo que se de tí, a veces me da miedo — confieso.
— No creo que tengas demasiada experiencia para decir que es el amor — me juzga y yo no me muevo.
— ¿Cómo lo sabes? no me conoces — digo confundida.
— Sé lo suficiente de ti para saber que no tienes idea que es — dice y pega su boca de mis cabellos, siento que respira calmado aunque su corazón palpita en mi espalda con rapidez o es el mío.
Estoy confundida.
— ¿Y tú? — lo interrogo — ¿sabes que es el amor, Artem Sokolov?
El suspira o bosteza, no sé.
— Si, he estado muy cerca de ese lugar para saber lo muy bien que es estar enamorado — sus palabras sin querer me hacen sentir algo en mi corazón.
Pensar que él haya querido o quiere una mujer es algo que no me esperaba, quizás fue tan obsesivo como lo es conmigo, pero es algo que no puedo ver.
¿Artem y cualquier otra mujer?. Si, cierto, Maki habló sobre una ex novia y la manera que él era con ella. Quizás sea ella. No quise preguntar nada más, no quise porque me sentía confundida, con es de su relación de Artem con su ex.
Mientras estoy parada viendo a la nada con el celular en la mano y aún siento el tono de voz de Artem en mis entrañas, algo me hace salir de mis embeleso, una pareja que pasa frente a la vidriera de la tienda junto al lado de la mía. Entrecierro los ojo para ver mejor y si, es Paul, el idita y embustero con una chica, que no es mi tonta hermana Ivonne, porque esta chica tiene el cabello rojo y muy corto.
¿Qué hace aquí? ¿Quién es esa mujer?
Y como un impulso tonto abro la puerta y trato de salir tras de el para ver de quien se trata.
— Señora Tori — la voz de iris hace que me voltee, y no termino de abrir la puerta — ¿va a algún lado? — pregunta mi guardia y entonces vuelvo a ver hacia donde estaba la pareja y me doy cuenta que no están.
— Si, ya vengo — digo y salgo con velocidad para ver si los logro ver otra vez, pero entonces no están por ninguna parte y pensé que solo era mi imaginación cuando, por las escaleras mecánicas logro divisa a la pareja y corro hasta alla, pero hay demasiada personas y m impiden llegar hasta ellos, se pierden.
— ¡Señora Tori! — escucho que me llaman pero no me detengo, bajo entre la gente, buscando la manera de alcanzarlos, ¿para que? no tengo idea pero tenía ganas de enfrentarlo por lo que le está haciendo a mi hermana, ese idiota me las va a pagar, sin embargo, al llegar abajo no se si salió del centro comercial o solo esta dentro de una tienda, no lo sé.
Los perdí.
Estaba agitada cuando Iris me alcanzó.
— Señora Tori ¿Qué pasa? — pregunta preocupado y lo miro.
No se que me paso, solo fue un estúpido impulso, al final no me importa Paul, por mi, que se muera.
— No se, pensé ver a una amiga — le miento a mi guardia, quien me mira y asiente.
— No debería salir así, tiene que esperarme a mi o a Bomer, no creo que al señor le guste la idea de que se haya ido así, y salga sin ninguno de nosotros custodiando — miro a Iris y sonrió.
— No le dirás a Artem que me escape para buscar a una amiga, Iris — digo y camino hacia las escaleras.
— Sabe, que debo informarle todo — lo miro
— También le diré que te la pasas coqueteando con mi empleada. Tampoco le gustará eso — lo amenazó.
— Yo no hago eso señora Tori, es ella — dice en voz baja y me tapo la boca para que no escuche reír — ella me sigue, y me acosa, no soy grosero pero tendré que decirle que no lo haga más.
Lo miro y rio.
— ¿En verdad no te gusta? — lo interrogó y el se pone nervioso, rio. — enserio que los hombres son una caso perdido.
Camino hasta la tienda y entró.
— No le diré al señor Artem — habla Iris a mi espalda — pero prometa que no volverá a irse sin ninguno de los dos.
Rio y no asiento, que carajos, no soy una celebridad ni nada por el estilo para que me están cuidando así, me resulta estúpido.
No digo más, y voy con los chicos a seguir moviendo las cajas.

ESTÁS LEYENDO
Me robe a la novia
RomansaTori Rusell, una química cosmetóloga en crecimiento, se entera en la noche de su boda, que su esposo la estaba engañando con su hermana menor, así que huye de la recepción, y en medio de su escape sufre un accidente que la lleva a la casa de un ele...