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Una llamada colmada de confesiones y llena de reclamos.
Es gratificante.
Como todos nos sentamos en una mesa y tomamos vino hablando al respecto de mi vida, sus vidas, mis niños (tema con el cual mostraron sumo interés, principalmente Psique), un rato después llegaron Deimos y Fobos.
Uno mas inquietante que otro, después de todo, son los dioses del miedo y el terror personificado, aunque terminaron siendo tan agradables que sacaron algunas risas de mi boca.
Me sentí completamente en una familia con ellos a mi alrededor.
Claro que, al enterarse de esta improvisada reunión familiar, Afrodita llegó regando besos en las mejillas de todos, aunque sus brazos se quedaron enredados en mi cuerpo.
Mi abuela estaba sonriendo completamente, sus ojos mirando disimuladamente mis joyas.
—Escuchamos que tenían una reunion familiar aquí—Dijo Dita sin dejar sonreír—Entonces, que mejor momento para que el la conozca.
—¿Quien?—Pregunte.
Y con solo sentir su presencia en la habitación, mi cuerpo irradió con rabia y enojo, tenía unos lentes negros y una chaqueta de cuero, no tenía que ser adivina para saber que estaba evaluándome.
Sin pensarlo mucho ni medir consecuencias, tome una de las uvas de la mesa y la lance a su rostro.
—¡Eleonora!
—¡Se lo merece!, ¡Engaño a mis niños!
—Justo—Dijo Ares encogiéndose de hombros, una sonrisa ladeada se posó en sus labios—Ese engendró se parece a mi.
—¿A quien llamas engendro?—Me indigne.
—Ares, no seas malo con Nora—Mi abuela acaricio mi cabello, me pegue a su cuerpo dándole una sonrisa a Ares que me miro entrecerrando los ojos—Es una dulzura.
—Es una sanguijuela , mira como se pega a ti.
—Abuela, Ares me dijo sanguijuela.
—No lo escuches, dulzura.
Ares bufo sentándose cerca de Eros, puso una mano en su hombro, mi padre le sonrió con afecto.
Eros se veía como un niño en navidad, no borraba la sonrisa de su cara, y estar cerca de él me hacía sentir...
Mis pensamientos fueron interrumpidos por una llamada de iris, mire a todos que se miraron entre ellos sin entender.
—Quien sea que está pagando esta llamada debe de ser millonario—Mencionó Hedoné—Llamar al Olimpo no es barato.
Me puse de pibe alterada al ver a Luke y Percy apuntarse con sus espadas, sentí mi corazón latir con fuerza, asustada.