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¿Qué harías por amor?, Lo haría todo.
La noche fue silenciosa, entré a mi templo con el cuerpo de Eleonora en brazos, la acosté en su ataúd y peiné su cabello con una sonrisa suave en mis labios.
Ya es hora de descansar.
Con una última mirada cerré el ataúd, dejando que las sombras de Hades la llevaran de regreso al inframundo, una copa de vino se puso frente a mi rostro, la tome y mire a mi fiel amiga.
—¿Qué haces aquí, Zoe? Deberías estar con Theos.
—Solo vine a entregarle esto a mi señora, lo necesitara—Zoe dudo unos segundos antes de sacar algo más de su bolsillo—Y le ha llegado otra carta.
¿Otra mas?
Sonreí levemente viéndola marcharse, a los segundos Solyana entró riendo en voz baja, sus brazos rodearon mi cuerpo, quite el cabello de su rostro sonriendo levemente.
—¿Qué sucede?
—Madre, Xenix y yo queremos bajar, ¿podemos?
—Con prudencia.
—Eres la mejor.
Beso mi mejilla para luego irse corriendo, solté una leve risa para luego beber de mi trago y comenzar a caminar hacia mi jardín, el manto de la oscuridad y las estrellas iluminaba lo suficiente.
Me senté en un banco suspirando, Michael, Lee, Silena, la mitad de los hijos de Apolo habían muerto, era un día de duelo, habíamos perdido mucho, solo para mantener el orden de las cosas.
Y aun no estoy segura de si valió la pena o no.
Alce la mirada al sentirlo.
—Preciosa, eres más hermosa que las mismas estrellas.
Lo observé sonriendo levemente, se veía algo cansado y sus ojos estaban brillando mientras me miraba, el hombre por el cual había sacrificado todo, incluso mi propia felicidad, ¿Valió la pena? Claro que sí, maldita sea.
Valió la pena cada maldito minuto de dolor, de sufrimiento, y lo volvería a hacer solo para poder estar en este momento, a su lado.
Tome su mano y beso su dorsal.
—Mi dulce esposo.
Su mano acaricio mi mejilla con dulzura.
—Hemos sufrido pérdidas, preciosa—Susurro—Sin embargo cada vez que te veo siento que te amo cada segundo más, cada vez que veo tu rostro, mi amor por ti crece.
—Que romántico estás.
—¿Cómo no estarlo?, tú me inspiras.
Me acerque a él y bese sus labios con suavidad, casi suspirando, luego del beso, nos alejamos levemente, el puso su brazo en mis hombros y nos quedamos mirando hacia las estrellas.
