Capítulo 9

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Charlas entre la tormenta

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Charlas entre la tormenta.

Eleonora manejo en silencio, en la parte trasera del auto estaban Percy, Thalía y Zoé durmiendo, a su lado en silencio iba Grover, mirando sus manos, el silencio fue interrumpido por el sátiro.

Quien se aclaro la garganta y miro a la chica.

—Esta bien llorar, Leo, se que no te gusta hacerlo porque piensas que creeremos que eres débil, pero sabemos que eres fuerte, llorar no hará que dejemos de verte como la maravillosa mujer que eres.

—No tengo porque llorar.

—Mientes, eres muy sensible con el tema de los niños, y ahora perdimos a una, que dejo un hermano pequeño pensando que ella regresara.

—No...no menciones eso.

—Eres mi hermana, te conozco desde que llegaste al campamento, lo eres todo para mí, y lo sabes, soy el mayor, se lo que digo, y tienes que llorar.

—Solo eres un año mayor—Eleonora sonrió levemente sintiendo sus ojos humedecerse—¿Cuándo te volviste tan inteligente?

—Cuando te conocí, tienes ese efecto en las personas.

Eleonora sostuvo la mano del sátiro sin dejar de mirar hacia el frente.

—Gracias hermano.

—Es lo que los hermanos hacen.

Grover siempre ha estado ahí, y siempre estará ahí, desde que llego al campamento la primera persona que le hablo fue el, y la primera persona en verla llorar, fue el.

Grover es su hermano, sin importar que, sin importar los anos que pasen, sin importar las cosas que vengan, le reconfortaba saber, que, si algun día necesitase la ayuda de alguien, la primera persona que buscaría, seria a Grover.

—¿Qué pasa entre tu y ese Dios del sol?

—Grover—Eleonora sonrió levemente—No pasa nada, solo somos...amigos.

—Los amigos no se ven de esa manera... no deberías tener miedo.

—¿Miedo?

—A enamorarte, Leo.

—No tengo miedo.

—Mientes tan mal—Gimió—Estas asustada porque el te hace sentir especial, y tu sientes que no lo mereces, pero lo haces.

—...

—Eleonora, has pasado toda tu vida cuidando de niños que no son tuyos, has olvidado por completo lo que es ser cargo de tu propia vida, y quizás ya es hora de que comiences a pensar en ti.

—No aun, los niños me necesitan.

—Los niños ya te han tenido por mucho tiempo, ya es hora de que ellos sigan sus propios caminos.

ꜱᴛᴀʏ ᴡɪᴛʜ ᴍᴇ| ᴀᴘᴏʟᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora