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Esa mujer envenenó mi pasado y ahora esta haciendo lo mismo con mi presente.
Apolo.
La escena cambió, esta vez, parece que era mucho tiempo atrás antes del destierro de Elethea, era de nosotros dos...nosotros dos. ¿Por qué mi corazón dolió al decir eso?
En el resplandeciente jardín del Olimpo, mi antiguo yo y Elethea paseaban entre las flores que parecían bailar al compás de su amor. El sol dorado arrojaba destellos de luz sobre ellos, iluminando el momento que estaba por llegar.
El antiguo Apolo tomó suavemente la mano de Elethea, sus ojos brillando con determinación y amor. "Elethea", comenzó con voz suave pero llena de emoción, "desde el momento en que te vi, supe que eras mi destino. Cada día a tu lado ha sido un regalo del Olimpo, y ahora... ahora quiero pedirte algo más".
Elethea miró a Apolo con los ojos llenos de asombro y anticipación, sintiendo el latido acelerado de su corazón. "¿Qué es, Apolo?", preguntó con una sonrisa temblorosa en los labios.
Apolo se arrodilló frente a ella, sacando de su bolsillo una caja adornada con joyas que parecían reflejar la luz del sol. Con manos temblorosas pero firmes, abrió la caja revelando un deslumbrante anillo de oro y diamantes.
"Elethea, tú eres mi luz en la oscuridad, mi guía en tiempos de tormenta", declaró con voz firme. "Quiero pasar el resto de la eternidad a tu lado, como tu compañero, tu amante y tu amigo. ¿Aceptarías que sea tu esposo Elethea, y compartir conmigo el vínculo sagrado del matrimonio?"
Elethea dejó que las lágrimas de alegría brotaran en sus ojos mientras contemplaba el anillo que brillaba con la promesa de un futuro juntos. Con un suspiro emocionado, asintió con la cabeza y extendió su mano hacia él.
"Sí, Apolo", respondió con voz entrecortada por la emoción. "Sí, acepto ser tu esposa y compartir contigo el vínculo eterno del amor y el matrimonio".
Con una sonrisa radiante, el antiguo Apolo deslizó el anillo en el dedo de Elethea, sellando su compromiso con un beso apasionado bajo el sol del Olimpo.
Quise sostenerme de algo pero no había nada a mi alrededor, no podía creer ni la mitad de cosas que había visto hoy, y esta no era la escena que más me impacta, pero me hizo estremecer.
No entiendo porque si se supone que todo ese amor que nos profesamos Elethea y yo era tan fuerte, ¿como terminamos así?, como estamos ahora.
La escena cambió, a una que me hizo estremecer violentamente.
En la majestuosa sala del Olimpo, el antiguo Apolo se debate entre los brazos firmes de Hestia y Deméter, quienes lo sujetan con fuerza mientras Elethea se acerca, su mirada llena de dolor pero también de determinación.