Capitulo 14

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(Sostengo el cielo y decido perderlo todo para ganar algo

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(Sostengo el cielo y decido perderlo todo para ganar algo.)

—Un momento—Intervino Percy—¿Eres Atlas?

— ¡Ah! Así que hasta el más estúpido de los héroes es capaz de hacer por fin una deducción. Si, soy Atlas, general de los titanes y terror de los dioses. Felicidades. Acabaré contigo enseguida, tan pronto me haya ocupado de esta desgraciada muchacha.

—¡Inténtalo!—Dije con furia—No dejaremos que toques a Zoe.

—No te incumbe nada en esta conversación, traidora—Atlas me miró con odio—Es una reunión familiar.

—¿Familiar?—Preguntó desconcertado.

—Es mi padre—Dijo Zoe avergonzada—Suelta a Artemisa.

—¿Acaso te gustaria tomar el peso del cielo tu...?

—¡Zoe no te atrevas!—Dijo Artemisa—No lo hagas. Te lo prohibo.

Atlas sonrió con sorna. Se arrodilló junto a Artemisa y trato de tocarle la cara, pero ella le lanzó un mordisco y a punto estuvo de arrancarle los dedos.

—Aja—Río Atlas—¿Lo ves, hija? A la señora Artemisa le gusta su nuevo trabajo. Creo que cuando Cronos vuelva a gobernar pondré a todos los olímpicos a sostener por turnos mi carga. Aquí, en el centro de nuestro palacio. Así aprenderán un poco de humildad esa pandilla de enclenques.

—Cuida tu boca—Dije con enojo—Qué desfachatez de tu parte, ¿como te atreves hablar de humildad?, ¿tu?, ser inconsciente.

—La princesa ha hablado—Se burló aunque note el enojo en su voz, vi de reojo como Thalia y Percy murmuraban mirando a Annabeth que tenía unos mechones blancos por sostener el peso del cielo—No puedes hablar de humildad tampoco, recuerdas, parece que llevas tanto tiempo hablando mentiras que has empezado a creerlas.

—No lo entiendo—Dijo Percy—¿Porque Artemisa no puede simplemente soltarlo?

—¡Que pocas entendederas, jovenzuelo!, Este es el punto donde el cielo y la tierra se encontraron por primera vez, donde Urano y Gaya dieron a luz a sus poderosos hijos, los titanes. El cielo aún anhela abrazar a la tierra. Alguien ha de mantenerlo a raya; de no ser así, se desmoronaria y aplastaria en el acto la montaña y todo lo que hay en cien leguas a la redonda. Una vez que has tomado sobre ti esa carga, ya no hay escapatoria. A menos que alguien la tome de tus hombros y ocupe tu lugar.

Atlas analizo a mis niños, y mordí mi labio con fuerza, controlando mi enojo.

—O sea, que estos son los mejores héroes de esta era...No parece que representan un gran desafió.

—Te sorprenderán—Hable—Mis niños son los mejores heroes que este mundo vera.

—Siempre halagando tus creaciones.

ꜱᴛᴀʏ ᴡɪᴛʜ ᴍᴇ| ᴀᴘᴏʟᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora