Capítulo 3

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Yo no saltaría, bueno, realmente si

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Yo no saltaría, bueno, realmente si.

"Ella es peligrosa, como una serpiente, pero dulce como la carne de una oveja."

Esa fue la manera en la cual Chris Rodríguez se refirió a mí, senti la necesidad de arrancarle los ojos y la lengua al escuchar tan estupida descripción sobre mi. Estaba sentada cómodamente en una de las sillas de la Cubierta, a petición mía había dos botellas de vino en mi mesa una ya vacía, me había bebido dos copas de la segunda, los rayos de sol daban en mi cara, pero se sentían como una suave caricia en mi piel.

El viento salado acaricia mi rostro mientras me recuesto en la silla. Mi cabello castaño se agita suelto alrededor de mis hombros, liberado de cualquier atadura, como mi mente anhela estar. Visto una camisa del Campamento Media Sangre, cómoda y familiar, junto con unos pantalones largos negros que ondea suavemente con la brisa marina.

Mis músculos están tensos y mis pensamientos agotados por la constante lucha y el estrés de la situación. Tengo una copa de vino entre mis manos, buscando en su dulce sabor un respiro, un momento de calma en medio de la tormenta que es mi vida desde que llegué a este barco.

Observo el horizonte, pensando en cómo escapar de esta situación, de esta trampa en la que me encuentro. Planeo cada movimiento, cada detalle, tratando de encontrar una salida, un camino hacia la libertad pero no encuentro ninguna.

Pero por ahora, me permito perderme en el vaivén del mar, en el murmullo de las olas contra el casco del barco. Bebo otro sorbo de vino, dejando que su calor me envuelva, esperando encontrar la fuerza y la determinación para evitar sacarle los ojos a mi sobrino y huir de este estupendo barco.

Luke no había querido comentar cual fue la razón de mi secuestro, había dicho que era importante para él y que esa había sido la razón, pero mentia fatal, estaba cada vez más frustrada, pero fingía tranquilidad delante del enemigo.

Solo podía pensar en lo aburrida que estaba, y pensé en mi padre y la abuela Afrodita, quien no había vuelto a aparecer en mis sueños, tenia mas de cinco meses desde que vi a Eros por última vez, y un mes desde que hablé con él por celular, aunque no cuenta, estaba borracha.

Una gran parte de mi cerebro estaba convencida de que no debería ni siquiera pensar en el, que fingio que no le importaba durante dieciocho años, pero mi corazón insistió en que había que darle una oportunidad.

Pero mi padre es un Dios y un hombre, y como todos los hombres hace daño.

—Chris, vigilarme es estúpido—Masculle—No saltaré hacia el mar, si es lo que le preocupa a Luke.

—No te estoy vigilando, Nora.

—Oh, parece que ya puedes hablar de nuevo.

—Perdón.

—No estoy enojada Chris, me lo imagine, tu y Luke siempre andaban a todos lados juntos, no me sorprende que lo sigas en esta idea suicida.

—Podemos ganar.

ꜱᴛᴀʏ ᴡɪᴛʜ ᴍᴇ| ᴀᴘᴏʟᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora