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Se acabó la guerra.
Las moiras en persona se llevaron a Luke.
A mi dulce Luke, a mi niño.
Pensé que cuando llegara ese momento yo estaría destrozada, pataleando en el suelo, soltando gritos de dolor y dolor, pero estaba bien, me sentí bien, en paz, tranquila.
Quizás porque inconscientemente entendía que el único lugar donde Luke no se haría daño a él ni a los demás, sería en los campos de Eliseos.
Los Dioses llegaron después, con alaridos de victoria, me sentí aliviada viéndolos tomar asiento en sus tronos.
Percy le pidió a Zeus que prendiera las luces del Empire State y el lo hizo, solté un sollozo bajo poniendo mi mano en mi pecho, se acabó, la guerra terminó.
Con mis ojos busqué mi cuerpo real, encontrando a las musas alzando el cuerpo y poniéndolo en mi trono, Demeter y Hera lo acomodaron mejor y arreglaron su cabello detrás de su hombro, Apolo beso su frente y curó sus heridas.
Mi corazón latía emocionado, la suavidad con la que Apolo tocó el cuerpo y curó sus heridas, esa mirada en sus ojos, solo hay una palabra que puede describirlo.
Amor.
Me gire viendo como el puente se arreglaba y todos los sobrevivientes entraban al Olimpo, solté un alarido de alegría al ver a Meira acercarse a mí y abrazarme con fuerza.
—Mi chica fuerte.
Meira se alejó y miró hacia su padre que se acercó a ella y la alzó en sus brazos riendo al verla fuerte y sin ningún daño. Hades y Nico fueron los siguientes, cosa increíble porque Hades odiaba el Olimpo sin embargo subió.
Hades beso mi mejilla y acarició mis mejillas riendo en voz baja, yo sin embargo me aleje levemente y bese la frente de mi sobrino que hizo una mueca pero no negó mi afecto.
Me acerque a Meira y Apolo, el último me miró de reojo, pero yo solo tuve ojos para la pequeña niña que mordía su labio inferior intentando no llorar, me inclinó sosteniendo sus mejillas.
—Meira...
—Michael...
Y comenzó a llorar, mordí mi labio inferior y la atraje a mi pecho, alce la vista mirando a Apolo que me miro en silencio con sus ojos brillando con dolor.
Desvié la mirada encontrándome con la mirada de Clarisse que estaba al lado de Afrodita y Ares, Clarisse susurro con sus labios un: "Lo siento"
Apolo me quitó a Meira de los brazos de manera sutil, e inclinó su cabeza señalando al trío para que fuese hacia ellos. Me acerqué y Afrodita se apoyó en mí con una mano en su pecho.
—Mi dulce Silena—Susurro la Diosa y negué sintiendo las lágrimas aumentar—Mi Silena.
Silena había perdido a su novio horas antes de la batalla, y después su vida, Michael había perdido a Lee, y ahora también su vida.
