Capítulo.57

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Un cuento de horror

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Un cuento de horror.

[Año nuevo.]

Mikayla.

Pase la noche rodeada de animales que aullaban por horas, gruñian como si tuvieran hambrientos y no dejaban de asechar los alrededores rasgando no se que cosas allá afuera.

Sus pasos entre el pastizal que cubre la caverna se oían por toda la madrugada, además de escuchar como los estómagos de todos rugían del hambre y el mio tambien.

No se cuanto tiempo llevo aquí pero no había probado bocado en ningun momento, no deseaba comer lo que ellos le echan a los esclavos. Esa comida procesada que les daban olía peor que un cuerpo en descomposición.

Asher, ayer prometió no volver a acercarse a mí y no le crei, claro que no lo hice porque en sus ojos aun seguía viendo la maldad innata que se carga y por mucho que la haya disfrazado con arrepentimiento no me trague nada de sus mentiras.

Rememorando.

La puerta en la madrugada fue abierta por una sombra oscura que caminaba casi tambaleándose entre los pasillos que alberga este lugar, las rejas eran acariciadas por sus largos dedos blancos hasta llegar a la mía.

Ojos destellantes, dos faroles que emanaban ese brillo malicioso y lascivo que tiene alguien con maldad recorriendo en sus venas. Tenía otro tipo de vestimenta, parecía ir a un funeral y su chaqueta de cuerina relucía tanto como sus orbes.

Se relamió los labios antes de abrir la reja de mi jaula adentrándose al lugar minado que le preparo, me mira, yo lo aborrezco con mis ojos y no me queda de otra que quedarme sobre el suelo.

—Tienes que volver a la habitación.—Exclamo con ese tinte de ¿Diversión? ¿Nerviosismo? No lo se, pero no se ve en sus cabales.

—No gracias, prefiero que las ratas me mastiquen los dedos de los pies antes de volver a un lugar reducido contigo.

Abrazaba mis muslos juntando las piernas sobre mi pecho a la vez que ocultaba mis pies fríos de la tierra mojada, era sangre lo que me envolvía, no me importaba.. prácticamente asumí que esto seria de todos los días.

—No te are daño.—Aseveró rascándose la nuca.

Me quedé en silencio ignorando sus pedidos y esos gestos que me lanza apenas nota que no me moveré de mi lugar.

Ladee el rostro observando la celda de al lado en donde las ratas se reunían a comer  o mordisquear al menos la carne del cadáver que yacía sobre el suelo, era una imagen espeluznante.

Aunque fue peor verlo morir lentamente, oír sus jadeos que erizaban la piel de tu cuerpo a tal grado que tiembles. Al verlo me pregunté si asi se sentia morir, si así se siente descansar eternamente.

Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora