Dos rivales que se odian y se desean con la misma intensidad.
Un hombre que solo piensa en sí mismo.
Un hombre con un oscuro secreto.
Un acuerdo, un chantaje, un juego de pasión y deseo incontrolable.
Un juego que ninguno de los dos está dispues...
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Moscú, Rusia. Tres años después.
—Hoy tienes al público expectante. Has atraído la atención de muchos, cariño. Quieren ver en escena a Samael.
Ander comenzó a reír ante el nombre escandaloso y lascivo con el que Radil lo bautizó años atrás.
—Mi culo en llamas después de una buena zurra debe ser encantador—bromeó Ander. Radil chasqueó la lengua.
—Creo que la gente está más enamorada de la bella mariposa en la base de tu espalda. Tu culo es encantador, pero parece que les gusta más cuando chorrea semen, aunque no le quitemos crédito al culito en llamas.
Ambos hombres rieron. Ander sostuvo entre sus manos el antifaz de raso y encaje, pero Radil lo detuvo.
—No, hoy no. Ellos te quieren con los ojos vendados.
—Cierto, es la costumbre. —Ander dio un suspiro. Un escalofrío lo invadió. Las reglas siempre estaban claras, de hecho, Ander tenía pocas condiciones al momento en que una función comenzaba—¿Cuántos?
—Son tres, ¿de verdad estás cómodo con eso?
—¿Por qué no lo estaría? —preguntó a su amigo—. Han pagado por mí. Son los ganadores de la subasta.
—El ganador fue solo uno, pero los otros dos son conocidos, por lo cual, decidió hacerlos formar parte. Tu consentimiento es lo más importante para nosotros Ander ¿Estás seguro de esto?
—Ya te dije que acepto.
Ander estaba nervioso. Nunca antes había estado en una sesión de sadomasoquismo con más de un dominador. Sabía que solo con emitir su palabra de seguridad todo se detendría, aun así, el momento lo llenaba de euforia y algo más. Una sensación inenarrable.
—A uno de ellos ya lo conoces. Ha sido tu Dom hace un tiempo. —Se sinceró Radil.
—¿Qué pasa? ¿Nervioso de que me largue? Ya te dije que eso no va a suceder. —Ander declaró sin dudar—. Sé muy bien que estás arriesgando bastante al decirme que uno de ellos ya ha estado conmigo. El anonimato es fundamental ,y, de verdad, agradezco que siempre lo mantengas. No me interesa saber sus nombres sino lo que me harán sentir.
—Está bien. —Radil se sentía preocupado por la situación. Estimaba mucho a Ander—. Solo quiero darte tranquilidad. Ellos conocen tu dinámica. Han estado presentes en cada sesión como espectadores.
—Me encanta que mis fans sean muy leales. —Ander sonrió y le guiñó el ojo—. Sé que las cosas serán más intensas hoy. Espero que así sea, lo necesito.
Radil frunció el ceño. Era difícil notarlo entre todas las capas de maquillaje, pero Ander lo hizo.
—¿Me he perdido alguna parte? —preguntó asombrado—. Las sesiones tuyas con cualquier Dom siempre son las más intensas, ¿hoy estás dispuesto a más?
