Dos rivales que se odian y se desean con la misma intensidad.
Un hombre que solo piensa en sí mismo.
Un hombre con un oscuro secreto.
Un acuerdo, un chantaje, un juego de pasión y deseo incontrolable.
Un juego que ninguno de los dos está dispues...
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No se parecía a él.
Emmanuel observó las fotografías y se imaginó a otro ser humano. No al muchacho con cara de ángel y sonrisa fácil ,al cual, le encantaba llevar al punto de ebullición.
¿Qué le pasaba por su mente cuando se sometía a esos juegos? ¿Cuántas veces nos equivocamos al juzgar a una persona solo por su apariencia?
Emanuel acarició las fotos ampliadas desperdigadas en la mesa por dos hombres que trabajaban junto a su primo Sasha Kózlov.
— Apuesto a que te imaginaste muchas cosas, pero esto es otro nivel ¿Qué puedo decirte? Hasta a mí me ha sorprendido y yo no me sorprendo fácil. — Se burló Sasha. Emanuel se encontraba estático apenas parpadeando— ¿Qué carajo te pasa? Te traje una buena noticia. O al menos eso creo ¿Cuál es el problema ahora?
— No lo sé. — Emmanuel confesó sin pensar— .Esto es muy inesperado.
— No entiendo cómo a la prensa se le ha escapado este detalle de la vida del chico dorado. —Sasha observaba las fotos como si estuviera leyendo las noticias matutinas. Se rascó la barbilla casi con aburrimiento.
Emmanuel tragó saliva. Algo ardía en su pecho de manera inexplicable.
Decepción. Irritación ¿Qué sentimiento mordaz y desconocido le atenazaba el estómago mientras observaba a su principal rival en el circuito de tenis mundial atado, casi envuelto con un cordón de terciopelo rojo que marcaba sus brazos, pectorales y piernas, y lo inmovilizaba con su culo expuesto?
El Dom lo penetraba con entusiasmo, los gestos de Ander eran una mezcla de dolor y placer, pero, sobre todo, del primero. Emmanuel apartó la vista de las fotos. Se removió en el asiento y fue preso del terror cuando notó que su pene se estaba endureciendo.
«Eres un monstruo».
¿Qué carajo le estaba pasando? ¿Qué habían despertado en él las fotos descarnadas y violentas de su rival?
Sasha se sentó del lado derecho en la enorme mesa de vidrio. Cruzó su pierna y le sonrió.
— Me encantaría ver la cara de esa princesa cuando le muestres esta obra de arte.
— ¿De qué obra de arte me hablas? ¡Esto es pornográfico! — señaló con desprecio Emmanuel.
— Sí, es porno del duro. Como sea, para mí es muy artístico. —Sasha volvió a burlarse y Emmanuel se rio, con más compromiso que convicción. La verdad es que la situación no le producía ni una pizca de gracia.
— ¿Cómo conseguiste estas fotos? —Quiso saber Emmanuel.
— Hemos seguido a la linda mariposa varios días. — Sasha rozaba con su dedo medio la foto en donde se visualizaba la perfección la enorme mariposa azulada en el coxis de Ander— . No es para nada cauto. Supongo que, después de tanto tiempo, subestima la inteligencia y la perspicacia, o está muy seguro de que nadie dudaría de su fachada de chico bueno.
