34 Empieza a ser el primero de tu vida 💖🔥

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Torneo de Frankfurt, Alemania

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Torneo de Frankfurt, Alemania.

Dos semanas después.

—El peroneo largo está al borde del desgarro. Los aductores no están bien tampoco—. Peter, el entrenador de Emmanuel le daba la noticia que Emmanuel ya sabía después de todas las horas de juego.

—No importa—agregó—. Hazme un masaje o lo que sea, sigo.

—Emmanuel, vas a lesionarte y puede ser...

—¡Haz lo que te digo y punto! —. El nivel de exaltación de Emmanuel había llegado al límite—. No voy a abandonar, así que más vale que hagas tu trabajo que para eso te pago.

Emmanuel a duras penas fue capaz de terminar el partido. Fue testigo del llanto y la alegría de Felipe Becerra del otro lado de la red mientras él rompía una raqueta y caía extenuado de rodillas. Peter lo ayudó a ponerse de pie y salir de la cancha que era pura algarabía.

La espalda de Emmanuel dio contra el asiento y asió la bolsa de hielo. Su médico deportivo revisó la lesión. Presionó sobre los músculos y el tenista dio un grito.

«Eres un bastardo mentiroso. No vuelvas a acercarte a mí en lo que te queda de vida, pedazo de mierda».

Emmanuel respiró profundo y bebió de la botella de agua. Pensó en cómo cambió su vida desde que recibió el mensaje de Ander Kovac, el cual, no respondió.

—La próxima semana darán los nuevos puntajes—recalcó Peter—. Emmanuel, vas a perder el primer puesto.

—¡No me digas! —gritó enojado—. Peter, haz algo útil. Habla en la conferencia y da las excusas que quieras. Déjame solo, ¿sí?

El entrenador tensó la mandíbula.

—¿Qué te ocurrió?

—Perdí ¿No lo viste? ¿De pronto te quedaste ciego?

—¿Sabes? Me darías un poquito de pena si no fueras tan despreciable, miserable y...

La garganta se le cerró a Emmanuel al recordar quien le dijo esas palabras meses atrás.

«Follable y deseable».

—Déjalo, Peter—replicó sin ganas de escuchar los insultos del hombre—. Haz tu trabajo. Necesito estar solo.

El médico le puso la mano en el hombro al entrenador.

—Debemos trasladarlo a una clínica.

—Escuchen, solo... un par de minutos, después me llevan adonde sea.

Los hombres guardaron silencio y salieron del vestuario. Emmanuel apretó su pierna y tensó la mandíbula. Las lágrimas que guardaba desde hacía meses emergieron.

«Falta poco, todo saldrá bien».

Juntó sus manos y las apretó sobre su boca para no gritar. Para ser el primero de su vida, debía dejar de ser el segundo en la vida de los demás, y es lo que se propuso hacer, aunque en el camino perdiera a la persona que más amaba, al ser que nunca podría olvidar.

Match point - Bilogía Match point Libro 2 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora