17 Emmanuel 💖🔥

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«No tienes idea cuánto vas a disfrutarlo»

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«No tienes idea cuánto vas a disfrutarlo».

Maldito bastardo. Solo me queda insultarlo mientras apuñala mi próstata de un modo bestial. Este no era ni de cerca el plan. Ander me ha sacado de eje y me ha puesto en el suyo. La palabra «eje» no es precisamente la que debería usar en este momento, es más, este idiota haría miles de bromas con ella, pero simplemente no he podido contenerme.

No lo hice cuando vi las fotos.

No lo hice cuando llegué a ese antro y quise adueñarme de él.

No lo hice en el momento en que me dio la vuelta y comenzó a prepararme para follarme.

Si la prensa lo supiera, si los demás del circuito cayeran en la idea en que me encantó follar con Ander Kovac. Dios, ni siquiera hemos terminado y mi cabeza ha comenzado a maquinar un nuevo encuentro.

¿Sería de este modo o las ganas mermarían? No lo sé, en este momento mis labios solo pronuncian palabras ininteligibles y gemidos rotos cuando Ander empuja más fuerte.

Está entre mis piernas ¡Qué mierda estaba pensando!

—¿Qué pasa? ¿No te gusta?—Ander se burla en mi oído y luego muerde el lóbulo de mi oreja. Contengo un gemido vergonzoso—. Vamos, no es tan malo ser la zorra, ¿ahora lo entendiste?

—Cierra la boca o voy a golpearte.—Mi voz cargada de excitación es lo más patético que he oído, y al parecer a Ander le parece muy gracioso porque tiene un ataque de risa.

Lo empujo con fuerza y lo arrojo al lado. Ander tiene un ataque de risa incontrolable. Mi erección está más dura que nunca, pero no puedo dejar que este imbécil me siga follando el orgullo, que para mí es peor a que me tome por el culo.

Camino hacia el baño. Cielos, mi trasero tiene un dolor punzante. Llego al sanitario y cierro la puerta, me afirmo sobre ella y frunzo el ceño. Dios, ¿cómo algo tan placentero puede ser tan doloroso?

Mi verga no entiende que se terminó. Sigue ahí, a la espera de que le brinde alivio y eso es lo que haré apenas ingrese a la ducha. Yo no soy como Ander. No soy una ramera que se revuelca con un montón de hombres que la azotan sin piedad.

El olor a flores impregna todo el baño, hay un ramo enorme de flores blancas al lado del lavamanos. Me miro en el espejo circular con luces alrededor.

Hay un gran hematoma cerca de mi cuello, y uno más debajo del pezón izquierdo. Nada parecido a todas las marcas que he dejado en la piel de Ander. Cierro los ojos y vuelvo a su cuerpo, a sus labios y me derrito. Quiero regresar a la cama, quiero hacerlo mío, y dios mío, deseo que me haga suyo.

«No puedes».

No voy a permitirle que se burle de mí. Eso ya ha sido el colmo, así que, se terminó. Soy consciente de que yo lo provoqué, pero no voy a pasar una frontera que se desdibuja a cada instante. Esto ha sido solo un momento, un arrebato, este no soy yo.

Match point - Bilogía Match point Libro 2 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora