¿Nosotros? || Bensler ||

Capitulo 2.

En el capítulo anterior..

—Olivia. Bien. —suspiró— Alex.. necesito.. necesito irme de Nueva York. —soltó y Alex no supo cómo reaccionar. Se ahogó con su propio café y quedó en shock.

— Alex. ¿Qué? ¿Por qué Olivia?

— Olivia. Alex.. yo.. yo.. —dijo sin poder hablar, tenía un nudo en la garganta que se lo impedía— estoy.. estoy embarazada, Alex.

......

— Alex. ¿Qué? —gritó emocionada—, Olivia esto es.. ¡Esto es increíble! —dijo sonriente y abrazó con toda la emoción del mundo a su amiga.

— Olivia. Alex.. no, no es increíble. —dijo intentando safarse de su abrazo. Esa vida qué estaba llevando no era la qué soñaba darle a su bebé.

— Alex. ¿Por qué no? —la miró—, espera.. Liv, ¿quién es el papá del bebé? —dijo volviendo a su asiento en el sillón y en un susurro.

— Olivia. Él es la razón por la qué me voy de este lugar, Alex. —sollozó—, yo.. yo fui una completa estúpida. ¿Cómo se me pudo ocurrir?

— Alex. No, no eres estúpida. ¿Por qué lo dices? —alzó una ceja, estaba aún en shock.

— Olivia. Es.. es de Elliot. —soltó de golpe.

— Finn. ¡Alex! —gritó en un intento de qué Alex saliera de su viaje astral y volviera a la tierra.

— Alex. ¿Eh? ¿Qué pasó? —dijo sacudiendo su cabeza. Evitando tener esos recuerdos— Lo siento, Finn.

— Finn. Un agente pidió hablar con la asistente del fiscal Alex Cabot. Te espera allá. —dijo haciéndole una seña, dirigiendo su dedo a la sala de interrogatorios 3— Ve.

........ Por otro lado.. en Seattle.

— Olivia. ¿Esto es una broma? —dijo ella en un tono bastante molesto. No podía creer lo qué le estaban pidiendo.

— Andy. Quisiera qué lo fuera, no es nada fácil para mí estar proponiendo a mi mejor chica. —dijo intentando darle una sonrisa.

— Olivia. Yo.. yo no sé que decirle, jefe. —no, definitivamente no tenía ni idea de qué decirle a su jefe ante lo qué le estaba pidiendo—, No puedo irme de Seattle.

— Andy. ¿Por qué no? Te pagaremos los boletos de avión, la mudanza, pondremos una casa perfecta para ustedes tres. Una vida allá. —sonrió.

— Olivia. Tengo que consultarlo primero con mi familia.

— Andy. Te doy dos días.

— Olivia. Una semana —dijo seria— Me está cambiando de ciudad y.. ¿en dos días quiere qué le dé una respuesta? Mi hijo no toma una descición tan fácil.

— Andy. Es un niño de 6 años, no entiende las cosas.

— Olivia. Entiende más que usted y yo juntos. —dijo molesta—. En una semana le doy una respuesta.

— Andy. Lo siento por ponerme así Olivia, estoy tenso por todo el trabajo qué me están haciendo hacer. —finjió una sonrisa— No te preocupes, en una semana me das tú respuesta.

Toda la tarde Olivia estuvo ordenando sus documentos qué tenía sobre el escritorio, estaba intentando ordenar algo más qué que solo el escritorio, si no también su mente pero esa no era tan fácil de ordenar. No tenía ni idea de qué sería de ella en otra ciudad.. ¿de su hijo? ¿de su esposo? ¿todos los años que llevaban ahí? Desde que el pequeño Noah nació había vivido ahí, hace poco más de 5 años.