— Elliot. Y bueno.. ¿tienes algo mejor qué hacer que estar en la oficina encerrada? —dijo mirándola.
— Olivia. Sí. Tengo algunos documentos qué revisar y.. —dijo haciendo una pausa cuándo sintió los labios de Elliot pasar lentamente por su cuello—. Si sigues haciendo eso.. te va a ir muy mal.
— Elliot. Bueno.. —puso una de sus manos e la cintura de Olivia—. Quizá eso quiero, quiero que me vaya mal.. —susurró—. Muy mal..
— ★★ —
— Olivia. ¿Ah si? —sonrió pícara—. ¿Ese es tú plan para convencerme de hacerlo aquí en la oficina? —dijo mirándolo—. No, no te va a salir. —dijo mientras se separaba de él—. Ya sabes bien lo qué pienso de eso.
— Elliot. Lo sé bien, pero.. ¿Qué es lo peor qué puede pasar Liv? —sonrió—. Digo.. no es cómo que nos vayan a quitar el puesto.
— Olivia. De hecho, sí. —lo miró seria—. ¿Acaso no leíste el reglamento completo cuándo entramos a la unidad? ¿Acaso no te capacitaron bien para Sargento?
— Elliot. Si leí mi reglamento pero lo leí hace años, ¿quién rayos se acuerda de ese reglamento hoy en día?
— Olivia. Yo. —rio—. Bien dicen qué lo bien aprendido no se olvida. Pero bueno, en un artículo de ese, me parece qué es el 8, ahí dice qué personal qué se le encuentre manteniendo relaciones íntimas en horas laborales, su despido será inmediato. No importa el puesto qué tenga.
— Elliot. Pufs, exageras. —rio.
— Olivia. ¿Si? Pues no quiero perder mi empleo, gracias. —dijo ojeando una carpeta con documentos—. Ahora sí me dejas terminar..
— Elliot. Te recuerdo qué está es mi oficina ya también cariño. —sonrió—. Así que dudo mucho qué te libres de mí tan fácil.
— Olivia. Rayos. —susurró—. Bueno, siendo honesta, ¿Para qué digo qué quiero deshacerme de ti si es mentira? —sonrió—. Amo tenerte todo el día conmigo en la oficina.
— Elliot. Eso lo sé. —dijo acercándose a ella para darle un beso corto en los labios—. Iré por unas carpetas, ¿si? Vuelvo enseguida.
— Olivia. Claro.
— Elliot. ¿Gustas algo de afuera? ¿Un café?
— Olivia. No cielo, estoy bien. —sonrió.
Las horas pasaron, Olivia revisando carpetas de casos en su oficina, Elliot concentrado en unos informes pendientes. Al poco rato, el hambre llegó y ambos decidieron pedir comida china y comer en su oficina. Pues ya pasaban de las 6:30.
— Olivia. Nunca dejaré de amar la comida china. Ella es el amor de mi vida sin duda alguna. —dijo mientras con los palillos tomaba algunos fideos.
— Elliot. ¿Dónde quedó yo? —la miró.
— Olivia. ¿Te pones celoso de una comida? —dijo riendo—. Vaya, se nota qué no eres celoso, eh.
— Elliot. ¿Pues qué esperas? Tienes todo lo necesario para hacer qué cualquier hombre esté a tus pies. Tienes un cuerpo precioso, unos ojos bellísimos, una cara tan.. perfecta. Y sobre todo, una personalidad tan encantadora. —suspiró—. Es obvio qué me tengo que poner celoso de todos los qué se te acerquen.
— Olivia. Gracias por los halagos. —rio—. Y aún recuerdo lo de Porter, por cierto. Casi no se notó lo celoso qué estabas Stabler.
— Elliot. Oh, Porter es un imbécil. —dijo algo molesto—. El jamás tendría la oportunidad alguna contigo. Es un hombre nefasto.
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¿Nosotros? || Bensler ||
Fantasy🤍 / Bensler / 🤍 ¡Hola lectores! Aquí una historia qué espero qué les guste. Le estoy metiendo mucha dedicación e inspiración. Leanla y voten. 😙