Capitulo 3.

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Olivia fue directo a la puerta para ponerle seguro. No le gustaba hacer el amor con su esposo sin antes supervisar el seguro, no quería que Noah despertara y viera cosas que no tenía nada qué ver.

Su ropa poco a poco desapareció y ahí se encontraban ellos, entregándose en cuerpo y alma. Amaban la parte de ellos tan sensual y sexy, en la qué la tensión sexual acumulada del día era más que suficiente para poder hacer el amor toda la jodida noche.

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.. —Nueva York.

—Kathy. El desayuno está listo, sólo digo por si gustas bajar a desayunar.  —dijo mientras entraba a la habitación y miró a Elliot terminando de ponerse la camisa. Se dispuso a salir de la habitación, cuándo unos fuertes brazos la sujetaron.

—Elliot. Espera.. ¿sigues enojada?  —la miró fijamente.

—Kathy. No es enojo, Elliot.  —suspiró —, Eli me contó lo del otro día.. ¿sabes cómo se sintió verlo así de mal sólo por qué su padre no es capaz de pasar tiempo con él?

—Elliot. No es mi decisión Kathy.  —dió un suspiro en un intento de no empeorar más las cosas —, lo sé.. yo lo ví.  —agachó la mirada —, Le prometí que cambiaría, que trataría de pasar más tiempo con él.  —pasó una de sus manos por su nuca — Kathy, mi trabajo no es fácil, tampoco puedo darme el lujo de estar jugando pelota con ellos todo el día. Tengo qué mantenerlos, simplemente no puedo.

—Kathy. ¿Y tú crees qué yo si puedo?

—Elliot. Kathy.. tú estás todo el día en casa. Y créeme que tampoco quisiera que estés todo el día aquí con ellos pero..  —suspiró—, tampoco tenemos más opciones.

—Kathy. El desayuno está listo, Elliot.  —dijo ignorando lo qué su esposo le había dicho segundos atrás. Él sólo suspiró, vaya qué estaba siendo más difícil de lo que pensaba.

—... Seattle.

—Trevor. ¡Noah, cariño!  —gritó desde la sala para qué el niño fuera, encontrando a sus papás sentados en el sillón con ambos codos en sus piernas.

—Noah. ¿Qué pasa?  —llegó a los pocos segundos. Vió a sus papás en esa situación y se preocupó—, he hecho todas mis tareas.  —sonrió.

—Olivia. No pequeño, no es eso.  —rio—, es algo un poquito más importante.. y te queremos y tenemos que considerar.

—Noah. Pido helado de postre mañana.  —sonrió.

—Trevor. Helado será.  —rio—, pero tampoco es eso.

—Noah. ¿Qué es?

—Olivia. Noah.. tú haz leído muchos reportajes en la escuela acerca de Nueva York, ¿verdad?  —dijo sentándolo sobre sus piernas.

—Noah. ¡Sipiii!  —sonrió—, es bonita, hay miles de ferias y juegos mecánicos.

—Trevor. ¿Te gustaría vivir ahí?

—Noah. Bueno.. sí.  —sonrió—, digo, si me lo preguntan.. supongo qué Nueva York sería una mejor ciudad para mí  —dijo jugando con sus manos—, está ciudad es muy seria.

—Olivia. Bueno, eso es lo qué te queríamos decir.  —dijo mientras con su mano acomodaba un mechón rebelde del cabello de Noah—, Nos vamos para Nueva York.

—Noah. ¿Qué?  —saltó de las piernas de su madre para poder mirarlos a ambos—, ¿Es una broma papis?

—Olivia. No cielo, en mi trabajo me ofrecieron ir para allá, pero primero queríamos consultarlo contigo... Ven acá.  —dijo agarrando una de las manos del niño, atrayendolo hacía ella— Sabes qué eres lo más importante para nosotros.. ¿verdad Noah?

¿Nosotros? || Bensler || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora