"Solo aquellos que son capaces de sacrificase por otros, encontrarán la verdadera amistad. Aquellos impuros de corazón, solo conocerán la soledad."
Rodeados en la oscuridad exceptuando unas tenues luces que entraban por las vidrieras de la estructura y algunas velas encendidas, los sonidos agudos parecidos a un chillido procedente de algún ser extraño que se les acercaba, los nervios comenzaban a invadir a los cuatro que se reunieron en un círculo observando todo a su alrededor, la posibilidad de que aquello terminase mal era más que palpable. Corvus desenfundó su espada, Alessandra su arco, Morgana unas dagas y Meredith una espada ropera que el mismo Corvus le había aconsejado llevar por su facilidad a la hora de blandir. Ninguno conseguía ver al enemigo, el tiempo pasaba y ellos cada vez se encontraban en mayor peligro, la velas se movían al paso de aquellos seres al moverse en el interior dejando clara su velocidad de movimiento.
- ¿Dónde están? No consigo verlos - Dijo Meredith sucumbiendo al miedo.
- Yo tampoco consigo ver al enemigo - Se apresuró Morgana a comentar mientras intentaba descubrir donde estaba el enemigo.
- ¡Maldita sea! ¿Dónde están? Aquí estamos en clara desventaja - Contestó Alessandra buscando un blanco visible para sus flechas.
- Cal-maos, hemos caído en una emboscada...sabían que vendríamos...no tratéis de buscarles, buscad una salida, necesitamos pelear en campo abierto - Intervino Corvus pensando en un plan.
Antes de que consiguieran dar un paso, en un pestañeo, una suave ráfaga de aire les recorrió dejando un quejido de Corvus tras de sí, aquello hizo que Mer y Alessandra se fijasen en que el chico estaba herido, pero eso era imposible ya que nadie había conseguido ver a nadie acercarse y aún así, Corvus se encontraba con un arañazo como cuchillas en su hombro, sangrando por este.
- ¡Corvus! ¿Estás bien? - Preguntó rápidamente Alessandra al ver a su amigo herido.
- ¡Tiene una herida profunda, hay que salir de aquí! - Dijo Meredith con claro nerviosismo.
En ese momento otra ráfaga de aire les acarició mostrando otro nuevo corte en un integrante del grupo, esta vez el grito vino de Morgana, quien perdió una de sus dagas al dejarla caer por el dolor en su brazo. Les tenían acorralados, les tenían justo donde querían y solo jugaban con el grupo como un monstruo antes de comerse su cena. Podían escuchar unos pasos en la oscuridad, chillidos, algo arañando el suelo y las paredes, fuera lo que fuese aquella cosa algo tenían claro, allí estaban en clara desventaja. Los ataques no cesaban, Corvus consiguió evitar dos ataques a Meredith y otro a Alessandra, recibiéndolo en su lugar, acabando con varias heridas sangrantes por el cuerpo.
- ¡Salgamos de aquí! Solo necesitamos una distracción y corremos hacia la puerta, una vez fuera podremos pelear a l luz del Sol - Dijo Alessandra en aquel momento mientras disparaba una flecha donde pensó que habría un enemigo, pero su ataque falló lo que causó la risa de aquel ser.
Corvus en ese momento sacó un objeto cilíndrico con una anilla, miró a las chicas y les hizo una señal para que no mirasen y se tapasen los oídos en cuanto lo lanzase mientras corrían hacia fuera. Una vez que entendieron el plan Corvus lanzó la granada aturdidora y se pudo escuchar un grito más fuerte de lo que fuese que se encontrase allí, a su vez, el grupo corrió fuera de la iglesia para rápidamente adoptar una posición de combate a lo que fuese que pudiera atacarles ahora.
- ¿Veis algo? - Dijo en seguida Corvus mirando hacia a las puertas de la iglesia en una posición de combate pese a estar herido y sangrando.
- Todavía no, pero si saben que ya les hemos descubierto, entonces saldrán, no querrán perder su oportunidad de atacar - Respondió rápidamente Alessandra que apuntaba las zonas altas y lejanas con su arco.
ESTÁS LEYENDO
Desierto de Sombras
FantasyEn un mundo donde los seres humanos viven tranquilos, hay quien vela por ellos en secreto desde hace demasiado tiempo. Ellos son los clanes que guardan al mundo de aquellas pesadillas, sueños y fantasías que tan solo creemos que son cuentos para dor...