"La verdad puede usarse de diversas maneras, para curar y crear o para destruir, en nuestra mano está la decisión de como usar un arma así."
La lluvia arreciaba con fuerza sobre las paredes del edificio dejando una musicalidad caótica armoniosa, acompañada de los relámpagos más fieros que el cielo era capaz de descargar sobre los pararrayos de la estructura que albergaba la mayor batalla vivida en aquel lugar desde hacía miles de años. En su interior, los tres enmascarados, inundados por la confusión, eran testigos de como sus enemigos comenzaban a contraatacar sus armas, Moira perdía su control sobre los chicos hasta darse cuenta de como todos habían escapado de sus pesadillas superando aquello que les frenaba, sin embargo, todavía quedaba uno.
Corvus luchaba contra sus pesadillas, sus traumas, aquello que escondía en lo más profundo de su ser, bajo un candado con miles de cerraduras, envueltos en un enigma y que ahora estaban atormentandole con el pesar de sus recuerdos, aquello que más le atormentaba.
- Han escapado de sus pesadillas, con la ayuda de esa chica, han superado sus miedos, sus traumas, ya...ya no están bajo mi control pero todavía les tengo encerrados, si mueren ahí dentro...morirán aquí fuera - Comentó Moira con un sutil tono sádico en sus palabras.
- En ese caso acaba con ellos, antes que escapen y tengamos que volver a entablar batalla, ya vamos muy tarde y odio llegar tarde - Expresó Nerissa con impaciencia.
- Si me los dejáis a mi, les rebano el cuello ahora mismo - Dijo entre risas malévolas Orion.
- Quizás sería mejor opción...- Contestó Nerissa.
- ¡No! Son míos...yo acabaré con ellos - Dijo alterada Moira.
Meredith y los demás entraron entonces en la mente de Corvus, quien intentaba resistir, luchar con todo lo que tenía para vencer a las pesadillas de Moira, pero la escena que se encontraron el grupo fue escalofriante. Ante sus ojos podía verse un camino con el bosque a ambos lados, el cielo oculto bajo un manto de nubarrones grises que descargaban una cantidad de nieve ingente, a lo lejos, un serie de coches que circulaban comenzaron a parar por la climatología, pero aquello no era lo único que escondía la inclemencia climática pues un grupo de Nosferatums o Vampiros como se les conoce coloquialmente, rodearon los vehículos.
Meredith entonces se acercó más aún hasta las personas que se encontraban en ellas, buscando desesperadamente a Corvus, no quería ver aquello, no estaba dispuesta a conocer algo que se avecinaba horriblemente sangrienta, ya había visto demasiada muerte. El resto intentaron ayudar, incluso Gideon iba de coche en coche sin encontrarlos hasta que todo comenzó, los vampiros iniciaron su ataque en aquel lugar, golpeando las ventanillas de los vehículos y sacando a la gente de ellos, atacándoles con una violencia propia de una bestia más que de un ser inmortal considerado noble y elegante a la par que mortales.
- ¡Corvus! ¿¡Corvus dónde estás!? - Gritaba desesperada Meredith buscando a su amado.
- ¡Hermanito responde por favor! - Le siguió Alessandra.
Los vampiros desmembraban a la gente, bebían la sangre de sus cuellos hasta que las cabezas se separaban, torturaban a la gente arrancándoles los dedos para beber la boboteante y carmesí sangre. Los gritos de dolor, de pánico, llenaban la escena de una banda sonora estremecedora. Los padres intentaban proteger a sus hijos con sus habilidades, sacrificando sus propias vidas sin éxito, cayendo una tras otra, las estirpes que se encontraban allí luchando por sus miserables vidas agónicas y finitas, a manos de sus sanguinarios asesinos, quienes disfrutaban del terror de sus victimas.
Incluso Orlok se quedó paralizado ante aquello, un momento intensamente traumático para un adulto, peor para un niño, Paknar no pudo evitar vomitar ante aquella escena propia de una historia de terror que nunca debiera ver la luz del día. Morgana entonces vio como un chico con el cabello blanco bajaba del coche escoltado por sus padres, en sus manos aparecía y desaparecía lo que podría determinarse como la silueta erráticamente televisiva en blanco y negro, de un bebé, como si fuese parte del recuerdo y seguidamente no hubiera existido, en un intervalo de tiempo aleatorio.
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Desierto de Sombras
FantasiaEn un mundo donde los seres humanos viven tranquilos, hay quien vela por ellos en secreto desde hace demasiado tiempo. Ellos son los clanes que guardan al mundo de aquellas pesadillas, sueños y fantasías que tan solo creemos que son cuentos para dor...