"Temer lo desconocido, tan solo sirve para encadenar el conocimiento por lo que queda por conocer."
Aquella noche, era especial, los Maestres habían dado permiso a Meredith para salir del nido y conocer un poco más de los alrededores de los terrenos que domina el gremio, la chica estaba muy ilusionada por ello ya que al fin alguien confiaba en ella para dejarla salir sin escolta, tan solo ella y la naturaleza, por lo que en su cuarto se preparó con su uniforme de misiones, se encintó su arma, una espada ropera, la cual se quedó mirando unos segundos antes de envainarla ya que fue el primer arma que Corvus le dio y que por ello guardaba con sumo cariños, seguidamente se guardó en el cinto, tapado por la capa, el martillo que se le regaló en la facción Ravceler el día de su graduación, Meredith se miró unos segundo en el espejo para ver como le quedaba todo aquello ya que aún no era consciente de estar viviendo en aquel sitio.
La chica se sentía extraña, aquellas ropas, las armas, sus poderes, tener amigos y alguien a quién amar, como la trataban, Mer se miraba con el rostro debatiéndose entre la duda, la tristeza y la alegría ya que su vida entera había cambiado, todo había dejado de ser oscuro para ver la luz en la noche. Meredith entonces se abrazó a sí misma por unos instantes al afligirla sus recuerdos, poco a poco caminó hacia el espejo como si no reconociera su propio reflejo, extendiendo con lentitud su mano hasta el objeto que la duplicaba, con sus dedos temblorosos hasta tocar el espejo.
- Venga Meredith, tienes que ser más fuerte, recuerda lo que te dicen siempre Corvus, Alessandra y Morgana...eres más fuerte que tus momentos más oscuros, ten fé en tí misma y en quién eres ahora porque ya da igual quién fueses antes, ya solo importa quién serás a partir de ahora - Se dijo Meredith para sí misma.
Aquellas palabras se las repetía como un mantra, intentando que le diesen fuerzas para seguir adelante. Meredith alzó la cabeza mirándose con firmeza frente a aquel espejo donde se repetía que era tan valida como cualquiera, que valía lo mismo que todos, entonces se puso la capucha de su uniforme y salió de su habitación dispuesta a conocer mejor los terrenos que ahora eran su hogar, la gente la saludaba mientras caminaba erguida y emocionada por los pasillos del castillo, incluso algunos cuadros la saludaban deseándole que pasase una gran noche fuera.
Antes que Mer pudiese salir por las puertas de la muralla, Alessandra la interceptó vestida también para una misión, algo que ya no extrañaba a nadie debido a que sus hazañas con la misión de Elix y el rescate en Escocia le habían otorgado por los Maestres la capacidad de salir a misiones de bajo rango.
- Hola Tontedith ¿Vas a salir? Es cierto hoy era cuando ibas de reconocimiento para aprenderte los terrenos, disfruta mucho del tiempo para ti, es lo mejor de cuando hacemos las patrullas de reconocimiento - Dijo Alessandra.
- Si, de hecho llevo todo en mi mochila que me dijo Corvus que llevase, además Morgana me ha preparado algunas raciones de comida para merendar por si me entra hambre y llevo mis armas para enfrentar a quién se cuele - Respondió Meredith con mucha ilusión y emoción.
- Si te encuentras a alguien procura no darle muy fuerte que tu eres capaz de convertirlo en abono para el bosque - Dijo Alessandra riendo.
Meredith asintió con aquello ojos tan grandes y abiertos, de color de los robles y el ánimo de un crío que espera la navidad, incluso se podría de decir que los ojos de Meredith tenían un brillo especial aquella noche. Alessandra salió por las puertas negras con Mer, hablando de lo que tenían que hacer, desde el combate que tuvieron algo en ALessandra cambió hacia Meredith, ya no solo la respetaba, incluso le tenía un cariño especial. Cuando ambas llegaron a una distancia considerable de los muros del Nido, se despidieron para poder empezar con sus misiones.
Meredith comenzó por las zonas más alejadas y que no incurrían en el bosque, poco a poco fue aprendiéndose el mapa, encontrando algunas zonas que la naturaleza y las condiciones climáticas habían moldeado, dándole alguna forma curiosa o divertida y que la chica dibujaba en su mapa para otro día enseñárselo a Corvus. Meredith estaba casi por terminar, tan solo le quedaba el bosque, una zona que temía desde la misión de Elix, por ello se sentó en una roca para descansar y comer algo de lo que Morgana le había preparado, sacando una fiambrera, al abrirla había una nota "Mucho ánimo y suerte en tu primera misión de reconocimiento, diviértete, tu Hermana Morgana que te quiere mucho" al leer aquello, Meredith incluso se sonrojó, no estaba acostumbrada a tanto cariño, más a todo lo contrario.
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Desierto de Sombras
FantasyEn un mundo donde los seres humanos viven tranquilos, hay quien vela por ellos en secreto desde hace demasiado tiempo. Ellos son los clanes que guardan al mundo de aquellas pesadillas, sueños y fantasías que tan solo creemos que son cuentos para dor...