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"La adversidad puede fortalecer la unión de dos personas, pero solo sus corazones se encontrarán siempre, por mucho que la tormenta los separe."

Un mes después de los acontecimientos ocurridos, tras el entierro todo el equipo quedó separado por un tiempo, Zafinna se encerró en su habitación, Meredith fue a la siguiente facción que le tocaba, ocultándose entre los libros y lo poco que vería a sus amigas y Corvus, Orlok pasaba su tiempo meditando, Corvus realizaba misiones casi sin parar, Gideon entrenada a las siguientes generaciones y Rob pidió un permiso para salir del nido pues sentía que este se le echaba encima.

Alessandra pasaba las noches entrenado hasta la extenuación, acercándose a la habitación de Morgana al amanecer para estar con ella como si ese fuese su refugio seguro, durmiendo abrazada a ella, cuando podía, pues las pesadillas sobre Paknar muriendo la atormentaban y despertaban en mitad del día, sin dejarla volver a conciliar el sueño. Aquel día no sería muy distinto a los demás, Alessandra llegó a la habitación al alba, Morgana la esperaba leyendo un libro de la biblioteca que sacaba cada dos días más o menos.

- Ya estoy aquí...- Dijo Alessandra con habitual tono apagado, sentándose en la cama.

- Otra vez vienes con el cuerpo lleno de heridas...anda deja que te cure - Respondía Morgana.

- Ya, no me había dado cuenta, he estado...- Comenzó a decir la pelinegra.

- Entrenando, siempre estás entrenando Aless y siempre vienes herida - Quizás las palabras de Morgana en ese momento sonaron de reproche.

- ¿Y qué quieres que haga? Dime, siento ser una carga - Dijo Alessandra mirando hacia el frente.

- Por lo pronto estaría genial que dejases de volver con heridas, no me importa curarte pero me preocupa ¿Sabes? Ha pasado un mes...- Comentaba Morgana sacando sus cosas para curar a la morena.

Alessandra miró entonces a Morgana con el cejo fruncido, apretando la mandíbula con fuerza para mantener la calma, no quería discutir con ella de nuevo pero aquello le hizo incomodar por lo que mientras se dejaba colocar más fuerza, no pudo evitar responder.

- ¿Y? ¿Qué pasa? ¿Ya no debería dolerme? ¿Es eso? ¿Es lo que intentas decirme? Ya está con un mes listo, ya tengo que estar sonriente y positiva ¿No? Pues enterate, no lo voy a estar - Comenzó a decir Alessandra dejando que el enfado la llevase.

- No esoy diciendo eso Aless ¿Por qué te pones así conmigo? Solo estoy preocupada por ti, porque te veo cada vez peor y solo me dejas curar tus heridas externas, no te tomes lo que te digo a la defensiva - Dijo Morgana intentando hacer entrar en razón a la chica.

- Pues te lo agradezco pero deja de preocuparte tanto por mi, no lo necesito - Respondió Alessandra con un tono arisco.

Morgana comenzó a curar las heridas de su pareja en ese momento, escuchándola decir aquello, lo que le hizo llegar a sentirse peor de lo que estaba. Alessandra se mantuvo en silencio mientras era curada, con a respiración algo agitada y el ceño aun fruncido. Morgana por su parte no quiso decir nada más, tan solo la curó y se levantó para ir a la terraza de su cuarto, mirando el horizonte del mar.

Alessandra fue al baño para asearse, pasando un rato bajo la ducha, con el agua fría cayendo sobre su rostro y cabellos, apoyando ambas manos sobre el alicatado, las imágenes se sucedían con rapidez, mostrando aquel fatídico momento en el que pasó todo, su cuerpo se tensó y golpeó la pared con la parte baja del puño con suavidez, para que no se escuchase ni rompiese nada, comenzando a llorar dejando que sus lágrimas se perdieran entre el agua.

Morgana volvió a la cama, recogiendo todas las cosas y sentándose en el borde de su lado, dejando salir un suspiro cansado al darse cuenta que un muro inmenso se había levantado entre ambas y que ahora parecían estar tan separadas que Morgana se volvía a sentir sola, sin embargo no dijo nada y se tumbó quedando dormida. Alessandra salió al rato con el pelo a medio secar, una camisa de tirantes blanca y un pantalón largo negro, metiéndose en la cama, dejando un suave beso en la cabeza de Morgana sin despertarla y tumbándose de nuevo.

Desierto de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora