Desierto de Sombras

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"Miramos al mundo tras una máscara para que nos proteja del posible daño que podamos sufrir y es así como sufrimos más, deseando que alguien la agriete y poder sentirnos libres"

Alessandra se encontraba de rodillas en el suelo, observando como Zadlan estaba derrotado, el dolor agudo le hacia cerrar un ojo, Corvus llegó hasta ella para examinarla, pegando su frente a la de ella cerrando los ojos y dejando salir un suspiro profundo por todos los nervios que habían pasado.

- Ni que hubieses luchado, pajarraco - Dijo Alessandra intentando darle un toque de humor a la situación, apoyando su frente también sobre la de Corvus y cerrando los ojos. Su amigo no dijo nada, tan solo se limitó a ayudarla a levantar a lo que Meredith llegó para abrazarse a la pelinegra con lágrimas en los ojos, a Alessandra no le gustaba los abrazos, sin embargo en aquel momento se lo permitió a ella debido al momento y quién era hasta que Mer se separó de ella.

- ¿Te duele mucho? hay que llevarte a la enfermería o algo Alessa - Comentó con preocupación Meredith debido a que podía ver toda la sangre y heridas de su amiga, a lo que Alessandra simplemente negó con la cabeza con una sonrisa para quitarle importancia. En ese momento Elix y su acompañante llegaron hasta ellos, el guía apoyó el bastón en la arena rojiza mirando al trío tan peculiar que se había encontrado, ya había escuchado de dos de ellos pero no creía que fuesen tan especiales como para tener en cuenta las habladurías, Elix miró a su acompañante y le hizo un gesto con la cabeza asintiendo a lo que la joven tras la máscara asintió también.

- Id con ella y curaos, luego venid, mientras yo tengo algo que preparar tras esta...sorpresa tan interesante. Comentó el guía dando un suave golpe en la arena y marchándose de allí, dejando a los tres con la chica de la máscara.

- Corvus... - Dijo la enmascarada haciendo un gesto de saludo cordial hacia el cuervo de manera que dejaba ver algo de cariño hacia él mientras guiaba al resto hacia un lugar más privado.

- Morgana - Respondió Corvus de igual manera al saludo, dando a entender que ambos se conocían, la duda era ¿De qué? Pues como se podía ver, el chico no era precisamente famoso por lo que el resto le idolatrase, más bien era todo lo contrario, puro desprecio y odio, por ello aquel saludo tan cordial y desprovisto de odio pilló por sorpresa tanto a Alessandra como a Meredith que les miraron por un instante y luego se miraron la una a la otra con gran desconcierto. Para dirigirse al lugar, Meredith comenzó intentando ayudar a Alessandra a caminar pero Corvus se dio cuenta entonces que la sangre de la pelinegra estaba mancando a la chica y esto le hizo reaccionar de una manera fraternal hacia su amiga por dos motivos, si iban a ver a Elix, quien había pedido que Meredith se presentase ante él lo que menos le apetecía era que la joven apareciese mancada y la segunda porque irían más rápido si él cargaba con su amiga en brazos, la cual apenas podía mantenerse en pie, por ello se acercó a ambas y sin decir nada tomó a Alessandra entre sus brazos cargando con ella.

- Lo sé, lo sé tu puedes sola pero así vamos más rápido y además no manchas a Meredtih en su primer día con un guía - Dijo Corvus a su amiga para que no se molestase con él.

- Vale, estoy...algo cansada...- Lo que Corvus no parecía entender aún era que por mucho ego que tuviera ella, a él siempre le dejaría cargarla así, como su hermano, como la persona en la que más confía. Alessandra entonces se quedó dormida en los brazos de su amigo, Meredith observaba la escena con una sonrisa dulce ya que ahora conocía un poco la relación de ellos dos, algo que por un lado le resultaba tierno y por otro le generaba un poco envidia, Morgana les miró de reojo mientras les llevaba a una pequeña choza de madera con una cama donde indicó a Corvus que dejase a Alessandra tendida en ella. Una vez que lo hizo, Morgana buscó unos frascos de cristal con diferentes líquidos de diferentes colores suaves, seguidamente se acercó a la joven de cabello oscuro, Meredith se quedó al lado de Corvus, algo que empezaba a ser una costumbre muy curiosa.