"Solo quienes no cierran los ojos al otro lado pueden ver la realidad de quienes nos esperan con un abrazo"
Morgana se encontraba sentada en su cama en la facción Ravceler, pensativo mirando a la pared desnuda, ausente de recuerdos, su rostro denotaba una inmensa tristeza. Entre sus manos se encontraba la máscara que acostumbraba a usar, aquella que la separaba del mundo y que una vez le regaló Corvus. Las lágrimas de Morgana caían por sus mejillas, desbordadas con un gran pesar hasta caer sobre la máscara. En cuanto sonó la alarma de su teléfono móvil, Morgana lo apagó con suavidad para seguidamente apagar el teléfono y colocarse su máscara de nuevo, sin darse cuenta en aquel momento, que una de sus lágrimas acababa de caer sobre la máscara, cerca del ojo izquierdo y que al ponérsela, aquella lágrima derramada con tristeza recorrió la porcelanosa que funcionaba de rostro para el resto, viéndose como si ella también llorase la ausencia.
Morgana tomó sus cosas preparadas con antelación y marchó en busca de Meredith. Mer se había pasado todo aquel tiempo llorando con desgarro habiendo dejado sus cosas preparadas para la misión también, miró la hora soltando un suspiro y levantándose para recoger sus cosas, limpiarse el rostro y esperar a Morgana fuera de la habitación. EN cuanto su amiga llegó, ambas se miraron sin mucho ánimo, simplemente seriedad y hablando lo justo.
- Para ir a la misión tomaremos un portal ¿Lo llevas todo? - Preguntó Morgana sin mucho ánimo.
- Si, lo llevo todo, podemos marcharnos...-Respondió Meredith sin cambiar su expresión.
Ambas se dirigieron hacia el patio de armas, allí es donde les abrirían el portal y se marcharían a su misión. Ambas caminaban en silencio, Morgana la miraba de vez en cuando de reojo, preocupada por el estado de Meredith, culpándose por haberla metido en aquel problema que estaba acabando con ella. Meredith ignoraba a todo el mundo por el camino, simplemente se dedicaba a caminar recto con el semblante pálido y sin expresión.
Mientras las chicas se dirigían a su destino, se cruzaron con Rob, quién llevaba tiempo sin verlas y al encontrarlas y con esas expresiones las miró extrañado un momento, esperando a que se acercasen a su posición para hablar con ellas sobre lo ocurrido y como les protegieron de los problemas cuando ellos las habían ayudado. EN cuanto llegaron Rob las paró casi en seco.
- ¡Hey! hacia tiempo que no os veía, ya he escuchado que al final os pillaron y hubo movida...solo quería agradeceros que no nos vendierais a Paknar y a mí, no teníais porqué protegernos pero aún así lo hicisteis, gracias - Dijo Rob con una sonrisa, esperando que ambas le respondieran.
Tanto Meredith como Morgana solo se limitaron a mirarle y asentir, no dijeron nada al respecto, ambas tenían claro que ellos no tenían la culpa de nada. Meredith soltó un pesado suspiro ya que su cuerpo le pasaba en realidad.
- ¿A dónde vais por cierto? Vais muy equipadas par entrenar - Volvió a preguntar Rob intentando que alguna hablase.
Morgana le miró extendiendo su mano con un rollo de pergamino donde llevaba los detalles generales de la misión para que Rob los viera y así no tener gastar energías en responderle. Meredith le dio un suave toque en el brazo enseñándole su reloj de pulsera con la hora, Morgana asintió y ambas reanudaron su camino sin decirle nada a Rob, quién se quedó preocupado por aquello.
En cuanto ambas llegaron al portal, entregaron el papel de la misión y se les abrió uno en la zona que les había tocado. Desde el portal se podía ver un castillo abandonado cerca de un acantilado, con unos bastos prados verdes, el bosque casi rodeaba todo el territorio. Morgana le hizo un gesto con la cabeza a Meredith y ambas pasaron juntas el portal que se cerró tras ellas, viendo así todo el lugar. Las nubes amenazaban con romper a llover en una fuerte tormenta, por lo que ambas se encaminaron rápidamente al edificio en ruinas.
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Desierto de Sombras
FantasyEn un mundo donde los seres humanos viven tranquilos, hay quien vela por ellos en secreto desde hace demasiado tiempo. Ellos son los clanes que guardan al mundo de aquellas pesadillas, sueños y fantasías que tan solo creemos que son cuentos para dor...