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"Solo se necesita un segundo para que una vida idílica pase a ser una serie de desdichas"

El cielo comenzaba a clarear, al fin la calma había llegado a aquel lugar inhóspito dentro del bosque, tanta violencia, tanta destrucción. El vendaval que soplaba pronto comenzó a convertirse en una agradable brisa fresca, en el cielo, las nubes grisáceas que descargaban con furia los relámpagos y su lluvia dejaban ver el hueco que el haz de luz de Meredith creó, dejando ver el cielo nocturno y como poco a poco la tormenta amainaba. De pie se encontraba Meredith todavía envuelta entre las danzarinas expresiones de poder descontrolado y la fina capa de armadura blanca de su propia luz, observando el cielo nocturno con sus ojos pálidos como quien explora la inmensidad de sus pensamientos en un lienzo pintado por la expresión de sus sentimientos. El pelo blanco de la joven se movía dibujando ondas bailarinas al son de la brisa.

- Que extraño, entre la inmensidad del universo, donde los gritos se ahogan...mis manos acabaron con una vida, algo preciado y único...pero nada ha cambiado, pues el tiempo pasa, el ciclo universal continua y la acción pierde importancia...- Comentó Meredith con aquellas palabras profundas que expresaban mucho más.

El silencio se hizo dueño y señor del lugar, nadie dijo nada, entendían lo que Meredith intentaba transmitir, alguien que tuvo que ser salvada, ahora acababa de quitar una vida. Corvus se levantó, herido por el combate y caminó hasta ella mientras Alessandra ayudaba a Morgana a ponerse en pie para ir ambas hasta ellos dos. Corvus, siendo el primero en llegar, tomó su mano y sintiendo una extraña paz tomó aire profundamente para seguidamente colocar su otra mano sobre la mejilla de Meredith haciendo que le mirase a los ojos.

Alessandra y Morgana llegaron hasta ellos también, colocando la pelinegra su mano sobre el hombro de Meredith y Morgana tomando su mano, clavando su mirada turquesa sobre su amiga, ambas comenzaron a sentir también una extraña paz.

- Cada cual toma sus decisiones, los ángeles olvidados tomaron las suyas, decidieron su destino...Sé que es difícil entender lo que es quitar una vida, lo sabemos, pero son la lucha por nuestros ideales, por nuestras convicciones, por aquello que creemos que debemos hacer por lo que elegimos luchar, si hubieran querido hablar lo habrían hecho pero eligieron el camino de la violencia y una vez lo tomas debes aceptar lo que puede ocurrir - Los ojos del chico estaban fijos en Meredith, como si nada más existiera.

- Pero...al final él suplicó por su vida y yo se la quité sin vacilar...¿En qué me convierte eso? No soy mejor que él...- Explicó Meredith con un gran pesar en su corazón.

- No, no hagas eso Meredith ¿Me estás escuchando? No se te ocurra por un instante pensar que eres como esa cosa, no te lo permito, porque si no es por tí hoy el nido estaría enterrando a cuatro personas que no atacaron primero - Interrumpió Alessandra con una mirada seria sobre la joven.

- Tiene razón cariño, si no fuese por ti estaríamos muertos, has luchado por proteger, has acabado con él porque has visto de lo que era capaz y algo en tí sabía que nos habrían atacado de nuevo y posiblemente habríamos muerto...tu no eres una asesina, eres una salvadora, pero más importante, eres nuestra amiga - Contestó rápidamente Morgana, intentando aclarar las palabras de Alessandra.

Meredith asentía ante sus palabras, sus ojos comenzaron a volver a su color habitual al igual que su pelo y por ende, el poder que desprendía iba poco a poco desapareciendo, no sin antes recubrir de una manera tenue a sus acompañantes dándoles una pequeña ayuda para curarse, centrada sobretodo en huesos rotos y heridas que pudieran ser de gravedad hasta que aquellas expresiones blanquecinas como llamas nerviosas fueron desapareciendo.

Corvus se movió su brazo izquierdo, dejando el rostro de la joven libre, podía sentir como el dolor mitigaba, como la vitalidad volvía a inundar su cuerpo y lo mismo ocurría con sus otras dos amigas, en ese momento el chico soltó la mano de Meredith para dar unos pasos y dar unos pequeños saltos, luego miró a las chicas con un gesto de extraña aprobación.

Desierto de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora