Alessandra.
Elena y Chris también soltaron sus lámparas y después de un rato, una suave música comenzó a sonar nuevamente.
Chris bailaba con Elena y conmigo una canción que narraba la historia de un bandido que se enamoró de dos mujeres.
Luego sonó una melodía más alegre y Elena comenzó a bailar con un joven que la invitó. Después de mucho baile me acosté en el césped, estaba cansada, pero parecía que Chris quería seguir bailando.
Noté a una pequeña que miraba a Chris que descansaba a mi lado. Me acerqué hasta ella y le hablé:
—¿Quieres bailar con él? —Pregunté y ella asintió nerviosa, pero con ojos brillantes.
Me levanté, tomé su mano y me paré frente a Chris. Él me miró con ojos entrecerrados.
—A la señorita le gustaría bailar.
Chris me sonrió, se puso de pie y le tendió la mano a la niña que parecía tener 10 años.
—Me concedería la siguiente pieza de baile, milady.
Ella asintió y tomó su mano. Yo me senté nuevamente, no podía despegar la mirada de su tierno baile. Él le sonreía y la hacía girar con mucha delicadeza.
—Ya conozco esa mirada —Elena se puso a mi espalda y apoyó su mentón en mi hombro—. Apostaría mi corona que ya te imaginaste toda una vida juntos y en lo tierno que se vería al bailar con una posible hija.
Quise refutar, pero la idea si cruzó por mi mente y me parecía muy linda.
—Es hora —dijo poniéndose de pie—. Te daré la distracción, más te vale aprovecharla.
La vi acercarse a Eliot y caminar hacia la mansión. La canción había terminado y Chris estaba frente a mí.
—Ven —dijo tendiéndome una mano—, quiero que veas algo.
Caminamos por unos minutos y llegamos hasta un gran árbol, parecía que su tronco estaba torcido, sus ramas estaban llenos de flores color vainilla y hojas doradas. Había un árbol igual en el palacio, pero no tenía información sobre él.
La música sonaba a la distancia, pero muy bajo. Chris me rodeó la cintura con sus brazos y me dio un apasionado beso. Me alejó un poco y tomó mi cara entre sus manos.
—Princesita... —ya me estaba acostumbrado a que me llamara así— ... debo volver a mi casa, pero no puedo irme sin antes decirte algo muy importante.
—¿Qué sucede?
—Volveré dentro de un mes y volveré por ti. Sé que no he sido muy honesto, pero tengo una buena razón para ocultarte una parte de mí y espero que eso no afecte lo que tú sientes por mí.
Él se alejó un poco más y tomó mis manos.
—No sé quién eres o porque finges ser una plebeya, pero nada de eso me importa, siento que conozco quien realmente eres. Tú no usas el apellido de tu familia cuando ayudas a otros, lo haces por voluntad y eso es maravilloso —apretó un poco mis manos—. No sé cómo sucedió o en qué momento te metiste en mi cabeza, pero hace mucho que no puedo imaginar mi vida sin ti y realmente no quiero hacerlo, tú eres todo lo que quiero. Por primera vez en mi vida estoy seguro de algo y no quiero arrepentirme y pensar en lo que puedo ser.
Llevó su mano al bolsillo de su pantalón y sacó una pequeña caja.
—Mi hermosa princesita —bajó una rodilla al suelo y abrió la caja—. Me harías el hombre más feliz de todo el mundo si aceptas casarte conmigo.
ESTÁS LEYENDO
La joya de la corona (BORRADOR FINALIZADO)
RomanceUna princesa. Tres hombres... * En un mundo olvidado por los dioses, los descendientes divinos que aún poseen algunas habilidades especiales, son respetados por la sociedad. Alessandra es una joven princesa con habilidades curativas, pero algo más r...