46. Coronación.

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Alessandra.

Solo faltan dos días para la coronación, y no había salido del palacio, había mucho que arreglar. Hoy debía tener mi prueba de vestuario, tanto el de coronación como el que usaría en la noche.

No había visto mucho a Aron o Robert, y cuando me cruzaba con ellos prefería evitarlos, en especial a Rob, por ese pequeño beso que nos dimos cuando me rescató.

Por alguna razón, la mordida de mi cuello y la herida de mi mano estaban sanas, no sabía cómo sucedió, pero creo que fue la gracia, aunque nunca antes me había curado.

—¿Se siente cómoda, Alteza?

—Sí, todo está perfecto.

El vestido era de color crema con detalles en plateado. Era ajustado a mi silueta, pero tenía falda caída, sutilmente voluminosa. El escote no era pronunciado, pero dejaba mi cuello y la parte superior de mi pecho desnuda.

—Todo está listo, Alteza ¿le gustaría probarse el otro vestido?

—No es necesario, no quiero que nadie lo vea.

—Estoy segura que será una sensación, me alegra que confiara en mí para realizar este desafío.

—No hay nadie mejor que tú, Nicolette.

Una vez afinados los detalles del vestido, me cambié de ropa y salí del despacho, aún debía arreglar varias cosas.

Al día siguiente de la coronación debo abandonar el palacio central y dirigirme al castillo blanco. Está a solo una hora en carruaje, pero trasladar mis cosas llevará un largo tiempo, en especial mis libros.

Tenía muchas cosas en que pensar, estaba nerviosa pero tranquila, había ensayado mi juramento, pero los nervios me estaban volviendo loca.

—Cuidado.

Me detuve con el brazo de Aron rodeándome la cintura. Despejé mi mente y vi que estaba a punto de bajar por las escaleras. Bueno, si Aron no me detenía, hubiese rodado.

—Estás muy distraída —nuestras miradas chocaron un segundo y desvié mi vista.

—Estoy nerviosa.

—Prefiero escoltarte, no sería lindo que hicieras tu juramento toda lastimada.

Sonreí y acepté su compañía. Aron mantenía su distancia respecto a mi relación con Henry. Sabía que aún me quería, y mis sentimientos por él no habían disminuido, pero ambos lo habíamos aceptado, ya no se podían cambiar las cosas, además, Henry había sido muy amable estos días, se esforzaba mucho para que este matrimonio prosperara y no podía dejarlo solo.

—Me alojaré en el segundo piso hasta que partamos al castillo blanco.

—¿Nuevamente se está llenando el palacio? —Asintió—. ¿Mi padre te envío?

—Sabes que es sobreprotector cuando el palacio se llena.

—Siempre es sobreprotector —reí.

—Solo te protege, eres muy especial para él.

—¿Y Rob?

—Él también se quedará, pero vendrá más tarde.

—Por favor, evita que se acerque mucho a mí, no quiero lidiar con sus comentarios.

—Con mucho gusto lo alejaré.

Todos corrían por todas partes, habían llegado muchos invitados y el palacio estaba lleno. Decidí quedarme en el ala este, no quería darle una preocupación extra a mi padre y estaba muy nerviosa como para convivir en eventos sociales. Será suficiente con mi presentación en dos días.

La joya de la corona (BORRADOR FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora