35. Descubriendo más de ella.

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Henry.

Me giré en la cama para abrazarla, pero no había nadie. La luz inundaba la habitación, ya era de mañana.

Me puse de pie y me vestí con mis pantalones y mi camisa holgada. Podía sentir aún su olor en mí. Estaba fascinado con cuerpo, todo de ella era tan agradable.

Salí de la habitación y bajé al comedor del segundo piso. Desde las escaleras pude ver su cabello pálido salir casi corriendo. Detrás de ella salió Aron, pero no la siguió, se quedó afirmado en la puerta y le dio un puñetazo a la pared.

¿Qué te enojó tanto, Cavel?

No me molestaba verlos juntos, confiaba en que ella no cruzaría los límites. Sabía que había pasado algo entre ellos, pero prohibir algo solo lo hace más tentador y no quería que vieran una inseguridad que no existía. Podría ser nuevo en su vida, pero era su esposo y eso era lo mejor que me había pasado. Ella lucía tan amable y gentil, me hacía sentir el hombre más afortunado.

Aron elevó su vista y me encontró. Su mano sangraba y su mirada estaba cargada de odio. Se acercó a paso rápido y me tomó del cuello de la camisa.

—¿Qué es tan gracioso, Darof?

—Tu actitud, Cavel.

Me soltó y se dio media vuelta, pero abrí mi boca antes de que se fuera.

—Ya ríndete ¿o necesitas otra señal de que ella ya no siente lo mismo por ti?

Se giró rápido y me volvió a tomar de la camisa. Yo lo imité tomando el cuello de su traje.

—No hables de sus sentimientos como si los conocieras bien.

—Aléjate de mi esposa.

—Se casó contigo porque no tenía opción, no porque te amara. Mete eso en tu cabeza, Darof —gruñó.

—Eso lo sé, pero haré que se enamore de mí —acerqué mi rostro al de él—. Tuviste tu oportunidad y la desaprovechaste, ahora muévete de mi camino porque yo pienso luchar por ella.

Me soltó y me miró, no decía nada. No quería desafiarlo más, pero también quería demostrar mi lugar.

—Ahora iré a tomar un baño, fue una noche muy agitada.

No me quedé a ver su reacción, solo subí las escaleras hasta su habitación.

*

Volví a bajar, estuve tentado en quedarme en esa bañera.

Llevaba un pantalón blanco y una camisa abotonada de color azul. Alcancé a ver la vestimenta de Les y decidí imitar sus colores.

Asumí que debía estar en la enfermería, debió ir a ver a su padre.

Me pregunto que habrá pasado con Aron. Él tenía la marca de una bofetada en su mejilla, debió decir o hacer algo muy estúpido para que ella reaccionara así.

—Príncipe Henry.

Odiaba ese título, no me interesaba ser príncipe, por mí sería perfecto si nadie supiera de mi relación con Edgar. Lo único bueno de esto es que pude conocerla a ella.

—Buen día, príncipe Cassius.

—¿Y Les?

Se notaba que ellos eran cercanos. Yo no tuve hermanos, pero si era cercano a mis padres, en especial a mi madre.

—No lo sé, salió antes de la habitación hoy, debe estar en la enfermería.

—No, yo vengo de allá y no estaba —rascó su nuca—. Quizás esté en su biblioteca.

La joya de la corona (BORRADOR FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora