68. Cambio de perspectiva.

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En la época divina, la humanidad llevó a cabo una era oscura. Con el fin de obtener un poder similar a los Dioses, los clanes y descendientes divinos libraron grandes batallas dejando cientos de miles de muertos por el gran continente.

Algunos de los Dioses menores tomaron partidos con la humanidad. Los Dioses mayores respondieron a algunos llamados, pero en su mayoría se mantuvieron al margen de todo. Los celestiales servían a la humanidad y se vieron obligados a responder a quienes los llamaban, creando grandes daños y rivalidades.

La destrucción fue tan grande que Triade llegó para intervenir. El lugar pacífico y lleno de vida que habían dejado, estaba ahora sumido en llamas y muerte. Triade se compone de tres seres divinos de poder inconmensurable. Deriphonne, Diosa creadora de todo lo que existe; Ifhillion, Dios protector que mantiene el universo equilibrado; Kissima, Dios de la destrucción.

Deriphonne cayó en desesperación al ver lo sucedido, su creación más atesorada fue destruida casi por completo. Kissima, al ver el desconsuelo de Deriphonne, expandió su poder y luchó con cada humano que sostenía un arma. Al terminar, destruyó el suelo y dejó al océano separar cada territorio. Ifhillion, al ver todo el caos lo detuvo y propuso un trato. La humanidad podría comenzar desde cero, pero su larga vida sería reducida a una pequeña fracción. Deriphonne exigió un castigo mayor y creó a las Diosas de la muerte.

Ese día se crearon los abismos de Jovar, donde todos los humanos que causan algún tipo de daño pasarían la eternidad sufriendo y condenados a no tener paz. Por otra parte, los campos de Volunter se destinó para aquellos humanos de corazón noble y que sus acciones no causaron daños a terceros. Cada puerta está. custodiada por una Diosa de la muerte y la entrada del plano espiritual se encuentra vigilada por Midas, la Diosa encargada de juzgar a cada humano y a condenarlo según sus acciones.

Aún insatisfecha, Deriphonne quería castigar a los Dioses por sus actos, pero Ifhillian propuso otra sanción. Condenaría a todas las deidades a recluirse en el plano divino, forzándolos a escuchar las plegarias humanas sin poder ayudarlos o cumplir sus peticiones, obligándolos a ser testigos de cómo los humanos los olvidaban y negaban su existencia con el paso de los años.

Los celestiales se negaron a cumplir el castigo, y en compensación, entregaron su vida voluntariamente a Triade, y abandonaron el plano existencial.

El resto de deidades fueron confinadas por Triade al plano divino, sellados por una barrera de poder que les impedía relacionarse con el mundo mortal.

Desde ese día, la humanidad ha estado a la deriva, nunca se enteraron por qué los Dioses se habían ido o por qué no respondían sus oraciones, pero no perdieron la esperanza de que un día volvieran.

Con el último destello de Triade, se formó una última profecía, una que llevaría a la humanidad a su fin y está vez, los Dioses no intervendrían.

***

Alessandra.

Todos en el salón estaban sin palabras, era mucha información que procesar. Aron y Robert estaban sentados a mi lado, cada vez más cerca de mí.

—Entonces ¿qué propones, Istora? —mi padre fue el primero en hablar.

—El collar está cargado con la misma energía de esa época, si quieren salvar a la humanidad, deben evitar que esa energía se propague —respondió.

—¿Cómo lo haríamos?

—El territorio neutral —se acercó al gran mapa del salón— solía ser un lugar sagrado, antes de que Kissima separara los continentes. Podrían empezar por ahí.

—¿Cómo destruir algo así?

—No lo sé, deberán averiguarlo ustedes.

Fijé mi vista en Istora, ella tenía sus ojos cerrados nuevamente.

La joya de la corona (BORRADOR FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora