17. Una desaparición y una reunión.

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Cassius.

Mi hermana parecía estar procesando la información. Se quedó en silencio, no dijo nada, solo observó su mano izquierda que estaba vendada, pero sabía que miraba su cicatriz cada vez que extrañaba a Aron.

—Les, debo decirte algo más.

Fijó sus ojos en mí. No sabía cómo empezar a hablar sin revelar lo que mi madre me contó.

—¿Es sobre la carta?

—Sí, yo sé lo que quieres el Rey para liberar a nuestro padre.

—¿Y los demás ya lo saben? —Asentí.

—Seré directo —al menos le debo eso—, creemos que lo que el rey quiere es un matrimonio político contigo.

Sus ojos se abrieron, hubo un momento de silencio. Ella miró al frente y luego habló:

—¿Por qué conmigo?

—Eres la única mujer de sangre Essdrey. —Era verdad, pero también por quien era—. No lo dijo textual, pero todo apunta a que es eso.

—¿Quiere que me convierta en su reina a cambio de la vida de nuestro padre?

—A cambio de su libertad, te quiere como su esposa para convertirse en emperador.

—¡¿Qué?! —Se levantó y se puso frente a mí.

—Al menos es lo que creemos.

—No entiendo nada, Cas.

Le expliqué lo mismos que me explicaron a mí y lo que mañana debíamos decir ante el consejo. Si Les aceptaba, solo quedaría convencer al consejo y podríamos realizar el acuerdo. No es lo que nadie quería, pero el Rey no nos dio muchas opciones.

—Entonces ¿todo esto terminará si acepto el matrimonio? —Asentí—. Bien, lo acepto.

—Les, puedes pensarlo, no sabemos nada de él.

—Cas —se acercó a mí— ¿realmente crees que no elegiría a padre?

Negué con la cabeza. Sabía que ella elegiría salvar a padre aun cuando eso significaría una vida siendo infeliz.

Alessandra pudo ser una niña consentida, creció como la princesa más importante del imperio, mi padre le hubiera dado lo que ella le pidiera, tenía todo para convertirse en una mujer mimada y caprichosa, pero no lo hizo, jamás se sintió superior a otro por su título, estatus, linaje o gracia divina, ella siempre miró a todos por igual, a veces creía que solo podía sentir amor, parecía que no estaba hecha para odiar o codiciar.

Recuerdo que ella me contó sobre Chris, parecía que sentía algo fuerte por él y una parte de mí quería que rechazara la oferta y fuera feliz con él, pero sabía que eso no pasaría.

—¿Qué pasará con Chris? —Ella se tensó ante mi pregunta.

—Tal vez algún día lo vuelva a ver y estoy segura que entenderá mi decisión —suspiró—. Ahora solo me interesa volver a ver a nuestra familia.

Sabía que diría eso. Tomé el sobre en mi bolsillo, no sabía lo que contenía, pero según la carta, eso la ayudaría a tomar una decisión.

—¿Qué es eso?

—Es para ti, no sé lo que sea, pero debe motivarte a tomar una decisión.

Le entregué el sobre y ella lo abrió. Sus ojos no contuvieron sus lágrimas que comenzaron a rodar por sus mejillas. Sacó el contenido, lo apretó en sus manos y lo llevó a su pecho. Sus piernas cedieron y cayó al suelo sollozando. Me puse de pie para ir con ella cuando vi una luz blanca desprender de su cuerpo. No era brillante, fue como un sutil destello que abandonó su cuerpo.

La joya de la corona (BORRADOR FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora