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Llegamos al edificio de Julián, él me saco del auto a la fuerza y me lanzo sobre su hombro.

-joder Julián bajame- él no me hizo caso y siguió caminando hasta el edificio - Julián tengo pies, mierda bajame me estas haciendo daño- dije.

-Más te vale que te calles o juro que te cosere la puta boca para que no vuelvas a hablar en tu puta vida y que también no vuelvas a besar a gilipollas y hijos de puta- automáticamente me calle y espere no morir este día.

Al entrar al departamento el cerro la puerta con fuerza y me llevo hasta lo que supuse era su habitación, me tiro a la cama.

-Vuelvo a enterarme que- se quitó su Suéter y yo comencé a asustarme- otro hombre te besa- tiro su suéter a un lado de la cama y se desabotono el pantalón y yo comencé a temblar- y juro que lo mato y a ti te encierro en un calabozo- y se quedó sólo en boxers.

Yo trate de huir, bajandome de la cama y tratando de correr, pero él me detuvo y me tomó fuertemente del cabello arrastrandome de nuevo hacia el centro de la cama, me dio la vuelta y me pego fuertemente una cachetada.

Me rompio la camisa del uniforme y me comenzó a besar el cuello mientras yo lloraba tratando de alejarme de él.

Cuando estuve completamente desnudo él me dio la vuelta y con una mano sujeto mis muñecas, dejando en una posición vergonzosa. Mi cabeza estaba enterrada en una almohada haciéndome difícil respirar y tragarme mis fuertes sollozos.

Sentí algo firme acariciando mis glúteos y como Julián levantaba mi rostro para sacarlo de la almohada.

-Eres mío, me perteneces y nunca te dejaré ir- y eso fue lo último que dijo antes de entrar fuertemente dos dedos en mí.

Un grito de dolor salió de mi boca y de mis ojos lágrimas salían en torrencial caída. Dolía dolía tanto.

-Julián para, por favor Julián duele mucho- dije llorando a todo pulmón y rompiendo casi mis cuerdas vocales.

-Eres mío- dijo moviendo más rápido sus dedos dentro de mi y desgarrando mi virgen ano.

Luego de un par de minutos y gritos de ayuda de mi parte él saco sus dedos y pensé que todo había acabado hasta que sentí la cabeza de su miembro en mi entrada.

-Julián no, por favor detente, Juliannn- y me penetró fuertemente, me rompió en dos sin ninguna compasión.

Soltó mis muñecas al cabo de varias estocadas y puso sus manos en mis caderas ayudando así a menearme a su antojo. Yo trataba de empujarlo de evitar que siguiera haciéndome daño de esa manera, pero él no se detenía, él seguía entrando y saliendo fuertemente en mí y yo ya no poseía voz.

No se cuantas embestidas después se detuvo y sentí un líquido tibio llenar mi ano roto y sangrante. Saco su pene de mi y me lanzo a un lado de la cama, mientras él respiraba tratando de recuperarse de su orgasmo.

Mis pensamientos trataban de digerir lo sucedido y mi cuerpo de no ceder a las ganas de morir.

Nose que tanto daño hize en otra vida para merecer tanto mal en ésta, pero lo sentía, lo sentía tanto.

Y rompí en llanto a pesar de haber pensando que ya no poseía lágrimas. Lloré, lloré y lloré hasta que mi cuerpo cedió y termine dormido en posición fetal, con mi rostro rojo por el golpe y mi ano sangrante por la batalla.

...

Me desperté con un fuerte dolor en todo el cuerpo, trate de levantarme de la cama, pero mis piernas no me lo permitían, gire mi rostro y un campante Julián dormía a mi lado y yo solo quería matarlo y tratar de recuperar un poco de mi alma.

Tomé la almohada en la cual lloré mientras él me lastimaba y con piernas temblorosas me coloque de cuclillas a su lado. Levante la almohada y la apoyé en su rostro haciendo presión y tratando de quitarle un poco de su vida para yo recuperar la mía.

Él se movió y en un solo movimiento ya me tenia bajo él, viéndome con cara de enojado.

-que diablos intentaste hacer - grito furioso y yo comencé a llorar y le dije.

-matame, por favor matame, no quiero seguir vivo, no quiero- dije mientras me desgarraba de tanto dolor.

Su rostro furioso paso a uno lastimero y me quito la almohada que con tanto afán mantenía presa en mis manos y trato de abrazarme.

-no, no te me acerques sino es para matarme no me toques, te odio, te odio con todo mi corazón nunca e odiado tanto a alguien como te odio a ti. Te desprecio maldito desgraciado, ojalá te mueras - dije gritandole y trata de quitármelo de encima.

- te lo merecías Mathew, lo besaste, besaste a ese tipo y aun así no querías un castigo. Eres mío y solamente mío- y este hijo de perra aún así dice que es mi culpa.

Trate todo lo posible de que él me soltará y lo logré. Me pare de la cama y me aproxime a la puerta que suponía que era el baño, mi pies temblaban y trataba lo más posible de no caerme.

Cuando llegue al baño, cerré lo más rápido la puerta obstruyendo él paso al inevitable ingreso de Julián. Cuando estuve seguro y solo dentro de ese gran y opulento baño, me deslize por la pared a pesar de los fuertes golpes que le propinaba Julián a la puerta.

Abraze mis piernas aún llenas de sangre y vi como de mi ya desvirgado ano salía su asqueroso semén y rompí de nuevo a llorar.

Desde que ese asqueroso ser había entrado a mi vida me había vuelto un manojo de nervios, miedos, llantos e hilos de fácil manejo.

Enterré mi rostro en mis piernas y trate lo más posible de no escuchar sus incesantes llamados detrás de la puerta que seguro en pocos minutos serían un solo trozo de astilla.

Pero por lo visto aún me querían hay arriba y una hermosa navaja de afeitar se encontraba en el lavamanos mi solución, mi única solución. Tomé ese objeto preciado y le quite la tapa, lo acerqué a mis muñecas y respiré profundo antes de enterrarla y deslizarlas suavemente por mi venas.

Sangre, un torrencial charco de sangre se comenzó a formar y lo último que escuche antes de que me quedara inconciente fue como la puerta se rompía...

Tengo su selloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora